Arsenico por compasión

Trama
Arsenico por compasión es una comedia negra estadounidense de 1944 dirigida por Frank Capra, basada en la obra homónima de Joseph Kesselring de 1939. La película se desarrolla en un pintoresco pueblo de la época victoriana, donde nada parece fuera de lo común, pero bajo la superficie se esconde un secreto siniestro y oscuro. Mortimer Brewster, interpretado por Cary Grant, es un exitoso dramaturgo y un destacado columnista de periódicos conocido por sus ingeniosas críticas y opiniones mordaces sobre el matrimonio. Es un soltero empedernido, sin ningún interés romántico en mente. Sin embargo, su vida da un giro dramático cuando conoce a Elaine Harper, interpretada por Priscilla Lane, en una obra de teatro. A pesar de su renuencia inicial, Mortimer se enamora de los encantos de Elaine y le propone matrimonio. Después de su romance torbellino, se casan en una ceremonia pintoresca, con todos sus amigos y familiares presentes. Mortimer regresa a la casa de su infancia para presentar a su nueva esposa a su familia. Sin embargo, no conoce los peculiares hábitos de sus dos tías solteronas, Abby y Martha. Interpretadas por Josephine Hull y Jean Adair, las tías son entrañablemente excéntricas y aparentemente inofensivas, con Abby luciendo un marcado acento de Brooklyn y Martha siendo más reservada pero igualmente desquiciada. Su casa, en el 346 de la Segunda Avenida, es una morada extensa y anticuada con un laberíntico sótano que sirve como escondite secreto de las tías. Mientras Mortimer intenta conciliar su amor por Elaine con los aspectos más oscuros de su familia, en particular las macabras actividades de sus tías, la trama se desentraña en una salvaje red de engaños y comedia. Las tías, convencidas de que la soledad es la raíz de todo mal terrenal, deciden eliminar a los ancianos solitarios del pueblo, lo que creen que es un acto caritativo realizado en nombre de la sociedad. Adulteran el vino de los ancianos con píldoras "medicinales" con arsénico, que sumen a las pobres almas en un profundo sueño antes de que sean despachadas rápidamente y enterradas en el sótano. Abby afirma que los difuntos eventualmente se despertarían en Valhalla, pero su definición de Valhalla es, por supuesto, su sótano. El pasatiempo de las tías se convierte en una fuente de fascinación para Mortimer, a quien le cuesta entender por qué sus tías han desarrollado esta peculiaridad en particular. Elaine, sintiendo la incomodidad de Mortimer, lo anima a aceptar las imperfecciones de sus tías y las peculiaridades de las excentricidades de la familia. Mientras tanto, Mortimer se enreda cada vez más en la red de engaños y debe enfrentarse al lado oscuro de su hogar familiar. A medida que avanza la historia, la gente del pueblo comienza a sospechar que están ocurriendo cosas extrañas en y alrededor de la casa de Brewster. El inspector de salud del pueblo, Jonathan Corney, interpretado por Edward Everett Horton, se obsesiona con la casa y comienza a investigar las peculiares muertes. Mortimer debe navegar por la intrincada red de pistas y desorientación para desviar la sospecha de Jonathan y proteger a sus tías de las consecuencias de sus actos. El clímax de la película llega cuando Jonathan descubre la verdad sobre el pasatiempo de las tías y se enfrenta a Mortimer. Los eventos que siguen son una clase magistral de comedia, con el ingenio rápido de Cary Grant y el talento del elenco de apoyo creando un enfrentamiento farsesco entre el inspector de salud del pueblo, Mortimer y sus desafortunadas tías. En cuanto a Mortimer, aprende a aceptar el oscuro secreto de su familia y se reconcilia con las realidades de su excentricidad. En última instancia, la película termina con Mortimer y Elaine regresando a la casa familiar, esta vez con una nueva apreciación por las peculiaridades de los Brewster y una comprensión más profunda de las complejidades que a menudo hacen que la vida sea tan hermosa. Las escenas finales muestran a las tías continuando con su pasatiempo, sin un final a la vista, en medio del caos y el pandemonio. La imagen de las dos ancianas sentadas en el salón, rodeadas de su obra, sigue siendo un recordatorio inquietante del lado oscuro que subyace a la fachada aparentemente idílica de la encantadora ciudad victoriana.
Reseñas
Recomendaciones
