Perdición

Trama
Perdición es un clásico del cine negro dirigido por Billy Wilder, estrenado en 1944. Protagonizada por Fred MacMurray y Barbara Stanwyck, la película gira en torno al tema de los seguros y lo fácil que se puede caer en el oscuro mundo del crimen. La película es una obra maestra de la narración, donde cada escena despliega hábilmente la intrincada trama, que finalmente conduce a una trágica conclusión. La historia comienza con Walter Neff (interpretado por Fred MacMurray), un vendedor de seguros que ha estado trabajando para Nationwide Mutual Life Insurance Company. Walter tiene una personalidad carismática y extrovertida, que utiliza en su ventaja al vender pólizas a varios clientes. Sin embargo, su vida profesional pronto se verá interrumpida por una misteriosa mujer llamada Phyllis Dietrichson (interpretada por Barbara Stanwyck), cuya enigmática sonrisa pondrá en marcha los trágicos acontecimientos que se desarrollaron. Phyllis es una hermosa ama de casa casada con el rico y anciano Sr. Dietrichson (interpretado por Tom Powers). Walter se siente inmediatamente atraído por el encanto de Phyllis y, en su primer encuentro, se encuentra en una situación comprometida. Walter comienza a frecuentar la residencia de los Dietrichson, entablando conversación con Phyllis, y gradualmente se siente enamorado de ella. A medida que su relación se profundiza, Walter se encuentra atrapado entre su deseo por Phyllis y su ética profesional como vendedor de seguros. Walter se siente cada vez más enamorado de Phyllis, quien, sin que él lo sepa, ha ideado un plan para cobrar la póliza de seguro de vida de su marido. Ella convence a Walter de cometer un crimen atroz: asesinar a su marido y cobrar la póliza de doble indemnización que ha contratado. Para aquellos que no lo sepan, la doble indemnización es una cláusula de la póliza de seguro que proporciona el doble de la cobertura en caso de muerte accidental durante el viaje o en caso de muerte accidental en general. Walter, inicialmente vacilante, finalmente cede a su deseo por Phyllis y se convierte en su cómplice. Su plan se desarrolla con facilidad, ya que Walter, utilizando su conocimiento interno de la compañía de seguros, manipula el sistema para que el plan de Phyllis funcione. Walter falsifica la firma de su marido y convence a Phyllis de que escenifique una escena que implica que ella es la víctima de un ataque, lo que a su vez convierte a Walter en el principal sospechoso. Su cuidadosamente construida red de engaños comienza a desmoronarse cuando la policía, en particular el tenaz y sabio detective Keyes (interpretado por Edward G. Robinson), comienza a acercarse a ellos. A medida que el plan de Walter y Phyllis se desmorona, la película toma un giro oscuro y emocionante, lleno de giros y suspense. El que una vez fuera inofensivo Walter está ahora atrapado en un laberinto de su propia creación, con Phyllis tirando de los hilos desde detrás de las escenas. En un último intento desesperado por liberarse, Walter decide confesar sus crímenes a su jefe, Norton (interpretado por Byron Barr), quien se sorprende por la revelación de Walter. La película alcanza su clímax cuando Walter, dándose cuenta de la gravedad de su situación, se vuelve cada vez más desesperado. Él trata de persuadir a Walter para que revele más información sobre su crimen, lo que, sin embargo, sólo resulta en más pruebas para apoyar el caso de la fiscalía contra el acusado. Mientras tanto, Walter se ve cada vez más consumido por la gravedad de sus acciones y, en última instancia, paga el precio de sus fechorías. En la escena final, Walter, gravemente herido por el atentado contra su vida y muriendo en la cama, confiesa a Phyllis, ahora su acusadora, los acontecimientos que llevaron a su caída. Esta escena conmovedora y emocional marca el final del trágico cuento de Walter: un hombre consumido por sus deseos, que finalmente es víctima de sus propios actos. La película termina con la voz en off de Walter, detallando los acontecimientos que llevaron a su muerte, reflexionando sobre las consecuencias de su crimen. A lo largo de la película, Wilder entrelaza múltiples tramas que llevan al público a través de una narrativa de suspense. Su habilidad para dar un ritmo experto a la historia mantiene al espectador enganchado, anticipando el resultado de los trágicos acontecimientos que se desarrollan en la pantalla. Perdición, con sus personajes complejos, su intrincada trama y sus temas clásicos de amor y avaricia, es un testamento del dominio de Billy Wilder en la realización de películas. Este apasionante clásico negro sigue cautivando al público, ofreciendo un análisis convincente de la psicología humana y las consecuencias de nuestros actos.
Reseñas
Recomendaciones
