Los Inútiles

Los Inútiles

Trama

En el encantador pueblo italiano de Pirra, cinco jóvenes pasan sus días descansando en la soleada plaza, disfrutando del calor de su idílico entorno. El quinteto comparte una visión: anhelan liberarse de la monotonía de la vida rural y alcanzar la fama, la fortuna y el reconocimiento. Sin embargo, sus sueños a menudo quedan relegados a un segundo plano frente a sus preocupaciones más apremiantes: principalmente sus actividades despreocupadas, sin rumbo y, a menudo, egoístas. En el centro del grupo está Fausto, el líder encantador pero manipulador. Es un maestro mujeriego, que seduce sin esfuerzo a las damas de Pirra con su labia, su atractivo apuesto y su abandono imprudente. Sin embargo, sin que lo sepan sus numerosas conquistas, Fausto tiene un problema persistente: está profundamente enamorado de su esposa embarazada, Angela. Dividido entre sus insaciables deseos y su sentido del deber, Fausto se embarca en una serie de aventuras clandestinas, dejando que Angela se enfrente a las consecuencias de las infidelidades de su marido. Ricardo, la estrella en ciernes del grupo, alberga una pasión por la actuación y sueña con actuar en los escenarios de Roma. Se ve a sí mismo como un gran actor, destinado al estrellato y a la adoración de las masas. Pero su talento radica en su capacidad para convencerse a sí mismo, más que al mundo que lo rodea. A medida que pasa de una audición fallida a la siguiente, Ricardo se obsesiona cada vez más con su propia imagen, convencido de que es la próxima gran figura del mundo del espectáculo. Alberto, el soñador residente del grupo, es un optimista eterno. Está convencido de que está a punto de descubrir algo revolucionario, algo que lo catapultará a la grandeza. Sin embargo, en realidad, las ideas de Alberto a menudo no son más que quimeras fantasiosas, que comparte con entusiasmo con sus amigos con la esperanza de convencerlos, y convencerse a sí mismo, de que está al borde de algo verdaderamente notable. Moraldo, el filósofo residente del grupo, es un joven cínico y desilusionado que ve el mundo como un lugar hastiado e implacable. Es el único del grupo con una visión clara del futuro: escapar a la ciudad, donde espera encontrar trabajo, éxito y una medida de satisfacción. Sin embargo, sus planes se ven constantemente frustrados por la apatía colectiva del grupo, y Moraldo se encuentra luchando por liberarse de la atracción gravitacional de sus amigos. Finalmente, está Leopoldo, el aspirante a dramaturgo, que pasa la mayor parte de sus días garabateando en su cuaderno, tratando de crear la próxima gran obra maestra. Su obra, "Los tontos", es un ejercicio angustioso y exagerado de introspección, que Leopoldo espera que le traiga fama, fortuna y elogios de la crítica. Sin embargo, sus esfuerzos son recibidos con el ridículo y el desdén de sus amigos, que ven su obra como un ejercicio pretencioso y complaciente de ego. A medida que avanza el verano, el grupo se vuelve cada vez más apático y sin rumbo. Se relajan en la plaza, bebiendo demasiado vino y discutiendo sobre los méritos de varias mujeres. Mientras tanto, el mundo que les rodea está cambiando, pero son demasiado ajenos para darse cuenta. El pueblo se está volviendo más sofisticado, más comercializado, y los sueños de los jóvenes parecen cada vez más alejados de la realidad. A pesar de sus muchos defectos, el grupo es una comunidad unida, unida por su sentido compartido de desilusión y descontento. Son una tribu de inadaptados, unidos en su deseo de escapar de los confines de la vida en un pueblo pequeño y forjar sus propios caminos en el mundo. A medida que las estaciones cambian y el verano llega a su fin, los diversos planes y proyectos del grupo comienzan a llegar a un punto crítico. Las infidelidades de Fausto finalmente quedan al descubierto, y el embarazo de su esposa sirve como un claro recordatorio de las consecuencias de sus acciones. Los sueños de estrellato de Ricardo se hacen añicos de una vez por todas, y las fantasías de revolución de Alberto se revelan como nada más que una pose vacía. Moraldo, mientras tanto, hace una última apuesta por la libertad, anunciando su decisión de dejar el pueblo y comenzar de nuevo en la ciudad. Sus amigos están inicialmente devastados, pero finalmente se dan cuenta de que la partida de Moraldo es un catalizador para el cambio, obligándolos a enfrentar sus propias deficiencias y limitaciones. Al final, los sueños del grupo quedan incumplidos, pero sus amistades permanecen intactas. Mientras se sientan en la plaza en la última noche de verano, observando las estrellas parpadear arriba, se quedan reflexionando sobre las decisiones que han tomado y los caminos que no han tomado. La suya es una historia de oportunidades perdidas, potencial desperdiciado y el peso aplastante de las promesas incumplidas.

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Reseñas