Que el Cielo la Juzgue

Trama
Que el Cielo la Juzgue es una película de melodrama estadounidense de 1945 dirigida por John M. Stahl, basada en una novela de 1943 del mismo nombre de Joseph C. Lincoln. La película está protagonizada por Gene Tierney, Cornel Wilde, Jeanne Crain y Vincent Price. Cuenta la historia de Ellen Berent Harland, una mujer hermosa y carismática de la alta sociedad que se casa con Richard Harland, un novelista de éxito y antiguo aviador naval. El matrimonio parece idílico al principio, con Ellen siendo la esposa devota y cariñosa de Richard. Sin embargo, la posesividad y el comportamiento obsesivo de Ellen comienzan a aflorar lentamente. Se vuelve cada vez más celosa de las relaciones de Richard con otras mujeres, en particular con su secretaria, Coral, con quien ha entablado amistad. La fijación de Ellen en Richard se vuelve más intensa y empieza a utilizar su considerable encanto y belleza para manipular a quienes la rodean, incluido su marido. El comportamiento de Ellen acaba tomando un giro más oscuro, ya que se vuelve violenta e impredecible en sus intentos de mantener la atención de Richard. Sus celos están motivados por el miedo a perderlo, y está convencida de que él la ama más que a nada en el mundo. Richard, sin embargo, parece ajeno a la posesividad de Ellen, y su actitud calmada y racional no hace más que alimentar su creciente inestabilidad. A medida que el comportamiento de Ellen se vuelve más errático, Richard empieza a preocuparse cada vez más por su salud mental. Empieza a distanciarse de ella, lo que no hace más que exacerbar sus celos. En un intento desesperado por evitar que Richard la deje, el comportamiento de Ellen se vuelve cada vez más errático, y culmina en una conclusión trágica y devastadora que cambia para siempre la vida de quienes la rodean. A lo largo de la película, la cinematografía y el diseño de producción son notables, con un enfoque en escenarios opulentos y lujosos que reflejan el elevado estatus social de Ellen. La película también cuenta con una banda sonora memorable, con música de Alfred Newman y Hugo Friedhofer, que aumenta la sensación de tensión e inquietud que impregna la película. En el centro de Que el Cielo la Juzgue está la interpretación de Gene Tierney como Ellen Berent Harland. La interpretación de Tierney de Ellen es a la vez cautivadora y aterradora, y capta la complejidad y los matices de un personaje que es a la vez hermoso y monstruoso. Su interpretación le valió una nominación al Premio de la Academia a la Mejor Actriz, consolidando su estatus como una de las actrices principales más talentosas de Hollywood de la década de 1940. Uno de los aspectos más destacables de Que el Cielo la Juzgue es su exploración de temas relacionados con la locura, la obsesión y los peligros de las emociones desenfrenadas. Los celos y la posesividad de Ellen se retratan como una especie de locura, un descenso al caos y la destrucción que es a la vez aterrador y desgarrador de ver. La película también toca temas relacionados con las convenciones sociales de la época, en particular la expectativa de que las mujeres sean sumisas y devotas a sus maridos. Que el Cielo la Juzgue tiene una calidad distintiva e inquietante, con una narración que se construye hacia una conclusión trágica. A pesar de sus tendencias melodramáticas, la película es una exploración profundamente conmovedora y estimulante de los aspectos más oscuros de la psique humana. Sigue siendo uno de los mejores noirs de la historia del cine, un clásico del cine de Hollywood que sigue cautivando al público hasta nuestros días.
Reseñas
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