Adiós a Las Vegas

Adiós a Las Vegas

Trama

Ben Sanderson, un guionista de Hollywood que alguna vez fue prometedor, camina por las calles iluminadas con neón de Las Vegas, con los ojos hundidos y movimientos deliberados. Sus días de escribir guiones premiados quedaron atrás, una reliquia de una época pasada en la que su talento e ingenio solo eran igualados por su ambición. Ahora, su vida está definida por un vicio que lo consume todo: el alcohol. Mientras tropieza en un bar local, el bartender levanta la vista con una mezcla de desdén y familiaridad. Conocen muy bien a Ben: ha estado entrando y saliendo de su establecimiento innumerables veces, siempre en busca del próximo trago, el próximo escape del dolor de su caída. Pide un whisky doble y toma asiento en la barra, sus ojos escanean la sala con una mezcla de desesperación y resignación. La llegada de Ben a Las Vegas no es un capricho; es una decisión calculada para beber hasta morir. Ha perdido todo lo que una vez le importó: sus relaciones, su carrera, su dignidad, y lo único que queda es la oscuridad, el silencio y el vacío que solo una botella puede llenar. Ha tocado fondo, y desde aquí abajo, no hay a dónde ir más que hacia arriba, pero no de la manera que alguna vez soñó. A medida que avanza la noche, Ben se registra en Sunset Suites, un motel sórdido en las afueras de la ciudad. La habitación es un asunto lúgubre y estrecho, pero es su hogar durante la próxima semana más o menos. Mientras desempaca su bolso, una sensación de curiosidad morbosa se apodera de él. ¿Cómo será cuando finalmente sucumba a lo inevitable? ¿Será un declive lento y doloroso, o una liberación repentina y misericordiosa? Aparta estos pensamientos y se sirve un whisky mientras se derrumba en la cama. A la mañana siguiente, Ben se despierta con un fuerte dolor de cabeza y la boca seca. Sale tambaleándose del motel, decidido a cumplir su promesa: beberá, pero no se consumirá en el aislamiento. Necesita conexión humana, incluso si se trata de un encuentro fugaz. Es entonces cuando conoce a Sera, una prostituta impresionante con penetrantes ojos verdes y una ceja levantada sardónicamente. Su encuentro inicial es incómodo y tentativo, como dos extraños que navegan un delicado baile social. Sera es una veterana de Las Vegas, consciente del lado sórdido de la ciudad y de su insaciable sed de atención. Lo ha visto todo, desde los grandes apostadores hasta los que fueron, y ha aprendido a navegar por el cruel paisaje de la ciudad con una mezcla de astucia y desapego. Ben, por otro lado, es una criatura triste y patética, atrapada en un ciclo de autodestrucción. A pesar de sus antecedentes tan diferentes, forman un vínculo difícil, basado en el respeto mutuo, si no en el afecto. Sera reconoce que Ben está en un curso de colisión con el desastre, y está decidida a mantener la distancia, incluso cuando se siente atraída por su trágica figura byroniana. Ben, por su parte, ve a Sera como un medio para un fin: una forma de llenar temporalmente el vacío dejado por su propia vacuidad. A medida que pasan más tiempo juntos, su relación se convierte en un delicado acto de equilibrio. Sera permite que Ben entre en su mundo, un reino enrarecido donde el dinero y el poder son la moneda del día. Pero también es muy consciente de los peligros de acercarse demasiado, de permitir que sus simpatías puedan más que ella. Ben, a su vez, se aferra a Sera como a un salvavidas, un recordatorio de que incluso en las profundidades de la desesperación, todavía hay un atisbo de humanidad, un sentido de conexión que se niega a extinguirse. Adiós a Las Vegas es un retrato inquietante y elegíaco de una ciudad que devora a sus habitantes, dejándolos como cáscaras vacías de lo que fueron. Mientras Ben va de una aventura alimentada por el alcohol a la siguiente, las luces de neón de la ciudad parpadean y se desvanecen, un recordatorio de que incluso en medio del exceso, siempre hay un precio que pagar. Para Ben y Sera, ese precio es su propia humanidad, erosionada lentamente por el cóctel venenoso de adicción y desesperación. Al final, no es la bebida lo que mata a Ben, sino su propio odio a sí mismo, su negativa a enfrentar el abismo que lo mira desde el espejo. Mientras yace en la cama de su motel, con un vaso manchado de whisky en la mano, es consciente de que ha llegado al final del camino, que el único camino que queda es hacia abajo. Es una conclusión sombría e inflexible, que se niega a ofrecer respuestas fáciles o redención. Adiós a Las Vegas es un retrato crudo y sin barnices de la adicción y la desesperación, un sombrío recordatorio de que, a veces, la verdad más difícil de afrontar es la que nos mira fijamente desde el espejo.

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Reseñas

N

Nevaeh

The abyss of addiction yawning wide, yet a strange allure lingers.

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6/19/2025, 3:33:05 PM
A

Anthony

At the peak of Nicolas Cage's acting career, who could have known that this pinnacle performance would foreshadow his own real-life decline more than two decades later? Life... ...

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6/18/2025, 1:40:24 AM
V

Valentina

Human existence is often perceived as a void, characterized by randomness, akin to aimless wandering, like drifting without purpose. This film delves into the lives of a man spiraling into alcoholism and a woman working as a prostitute, both seemingly trapped by their circumstances, perhaps simply yearning for solace. Life's unpredictability reminds us that we have no right to judge the choices others make in navigating their own paths. The world is full of coincidences and randomness. 8.2

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6/17/2025, 1:50:50 PM
V

Victor

1. A profoundly despairing work depicting the love between a relentlessly self-destructive alcoholic and a jaded prostitute, drawn to each other by mutual attraction and respect, culminating in a fusion of love and death. 2. Nicolas Cage's Best Actor win is well-deserved, matched by an equally compelling performance from Elisabeth Shue. 3. The original author committed suicide shortly after selling the film adaptation rights; it's hard to find such a resolutely determined suicide in film history. Utter self-abandonment begets an elegant and composed demeanor. Is such unswerving commitment to self-destruction, choosing such a protracted path to death, not also a form of courage? 4. Several instances of high-speed cross-cutting are reminiscent of Nicolas Roeg's style, such as (from Cage's POV...

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6/17/2025, 8:01:41 AM
L

Lilly

He's a drop of water lost in the wine; she's a grain of sand adrift in the dust. Two wasted souls, a hopelessly doomed love.

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6/16/2025, 10:44:06 AM