¡Mars Attacks!

¡Mars Attacks!, dirigida por Tim Burton, es una comedia negra satírica de ciencia ficción que se estrena con un espectáculo alegre: una procesión de naves espaciales marcianas brillantes, siniestras y coloridas que descienden sobre las principales ciudades del mundo. El mundo está azorado de temor a medida que se difunden las noticias de que los infames y largamente temidos marcianos, infames por sus supuestas intenciones de invasión, finalmente han dado a conocer su presencia. Estos exploradores marcianos provienen de un mundo utópico en nuestra galaxia, que muestra rasgos alegres, aunque inquietantes. Sus apariciones están inspiradas en las imágenes icónicas de películas B de extraterrestres de las décadas de 1950 y 1960, una característica que seguirá repitiéndose a lo largo de la película. Con la esperanza de forjar un vínculo pacífico entre dos mundos, el jefe emisario marciano hace la asombrosa afirmación de que sus naves de guerra han venido con regalos y bondad, y, fiel a su estilo, uno de los personajes, el profesor Donald Kessler (Jack Nicholson), salta con avidez a la discusión pública con la confianza de que los visitantes extranjeros tienen como objetivo un intercambio cultural pacífico. En Washington D.C., dentro de la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos, James Dale (Danny DeVito), recibe noticias del progreso estadounidense e internacional con una de las comunicaciones del extraterrestre. Llega un momento de ansiedad nacional cuando los líderes marcianos comienzan su dramática exhibición con el anuncio de gestos amistosos: música, canción o arte. En medio de la exhibición general de paz, un grupo de estadounidenses nerviosos se muestran cautelosos ante la autenticidad de los gestos alienígenas. Estos incluyen el coronel Donald Striker (Jim Brown), el ministro principal (Piers Brosnan) y un personaje relativamente nuevo en Jack Fang (Minnie Driver). Notan que las acciones de los marcianos tienen un filo muy peculiar. A lo largo del resto de la película, el presidente Dale confía en la seguridad del profesor Kessler sobre las intenciones pacíficas de los marcianos. En consecuencia, mientras que los Estados Unidos y otros países desarrollados extienden una cálida bienvenida a estos 'amigos potenciales', una alarma ominosa parece crecer sobre los hombros del general Decker de los EE. UU., lo que refleja un resentimiento cada vez mayor en respuesta a los visitantes extraterrestres. Al igual que con una sensación de inquietud a lo largo de su mandato presidencial, aumentan las tensiones en el Congreso de los EE. UU. a medida que se intensifican las relaciones entre los ciudadanos estadounidenses y los marcianos, mientras que la desconfianza general incomprensible de los visitantes extraterrestres y 'quiénes han venido a ayudar a Estados Unidos se expande más allá del poder militar. En una escena particularmente pivotal de tensión humorísticamente oscura, cuando el Congreso de los EE. UU. se burla sin darse cuenta del jefe militar de los Estados Unidos y permite que los regalos de saludo marcianos se intercambien como muestra de paz, estos últimos resultan en nada menos que la eliminación de la reunión de servidores públicos patrióticos. A medida que el presidente de los Estados Unidos, James, ya no puede confiar en los puntos de vista científicos del profesor Kessler y recibe informes del coronel Striker sobre el repentino e inesperado asalto que aturdió al público y a los políticos por igual, se forma una atmósfera completamente nueva. El cambio envía ondas de choque a todo el mundo debido a cómo alguna vez provocó temores sobre la devastación y desintegración mundial generalizada en ese momento. Los líderes militares declaran una condición de alerta máxima para que la tomen las fuerzas estadounidenses y exigen la participación mundial en la respuesta nuclear con la expectativa de que la Tierra y sus ocupantes sufrirán un ataque nuclear implacable por parte de una potencia extraterrestre hostil.