Sombras Místicas

Sombras Místicas

Trama

En las profundidades de un bosque encantado, envuelto en un crepúsculo perpetuo, un aura inquietante y misteriosa impregna el aire. Los árboles se alzan como centinelas, sus ramas retorcidas y nudosas por la edad, sus hojas susurrando secretos que sólo los vientos del bosque podrían entender. Es aquí, en medio de esta selva primigenia, donde una solitaria figura encapuchada comienza a sentir una presencia invisible que acecha en las sombras, observando y esperando. La figura, envuelta en la oscuridad, se mueve con cautela, como consciente de una presencia que podría ser invisible a simple vista. Con cada paso, el silencio se vuelve más denso, como una tormenta inminente. La figura hace una pausa, se gira y escanea los alrededores, una danza a cámara lenta, como buscando un atisbo de algo esquivo. Cuando el sol comienza a ponerse, bañando el bosque con una luz cálida y dorada, el aire se carga de expectación. Las hojas crujen y las ramitas se rompen, como si la propia Naturaleza estuviera tratando de alertar a la figura del peligro inminente. El viento se levanta, trayendo un olor desconocido, una mezcla de tierra húmeda y algo acre, que recuerda a la descomposición. Los sentidos de la figura se agudizan, como si cada fibra estuviera en sintonía con la presencia que acecha en las sombras. De repente, el bosque se queda en silencio y la quietud desciende como un sudario. La figura se congela, con los ojos escaneando el horizonte, tratando de precisar la ubicación exacta de la presencia invisible. La pausa se prolonga, convirtiéndose en una eternidad, y luego, tan rápido como comenzó, el momento se rompe. El viento azota los árboles una vez más y las hojas comienzan a arremolinarse. En el caos, la figura divisa un movimiento, una fugaz visión de algo -o alguien- que acecha justo detrás de la línea de árboles. La figura sale corriendo tras ella, corriendo a través de la maleza, con hojas y ramas crujiendo bajo sus pies. La presencia invisible se desvanece tan rápido como apareció, dejando tras de sí sólo un débil eco, un susurro que recuerda la presencia que se había sentido. Al caer la noche, la atmósfera en el bosque se vuelve cada vez más opresiva, como una tormenta que se avecina. Las luciérnagas comienzan a parpadear, proyectando sombras espeluznantes en el suelo, como si el propio bosque estuviera jugando con la figura. La sensación de peligro se vuelve casi palpable, como una amenaza que pende sobre el bosque, esperando atacar. La figura busca un lugar para descansar, buscando refugio de la oscuridad que se avecina. Se topan con un claro, bañado por la luz tenue del día, donde el dosel del bosque ofrece un dosel natural de hojas, filtrando la luz de la luna. La figura se derrumba, agotada, exhausta por la búsqueda. Sin embargo, a pesar de su cansancio, permanecen vigilantes, sabiendo que la presencia invisible podría reaparecer en cualquier momento. En los días siguientes, la presencia de la figura en el bosque se hace más pronunciada. Los habitantes de los pueblos cercanos comienzan a susurrar sobre el extraño que se ha instalado en los bosques encantados. Algunos describen una figura encapuchada, envuelta en misterio, mientras que otros hablan de un fantasma, que se dice que aparece y desaparece a voluntad. A medida que los días se confunden con las noches, los sentidos de la figura se sintonizan cada vez más con la presencia invisible. Comienzan a sospechar que la presencia no es sólo una entidad aleatoria, sino que tiene una profunda conexión con el bosque mismo, y con ellos. El aire se espesa y la tensión aumenta mientras la figura lucha por comprender la naturaleza de la amenaza que acecha en las sombras. El bosque está vivo, latiendo con una energía de otro mundo, y la conexión de la figura con esta entidad se profundiza. Su vínculo con la arboleda se vuelve casi primordial, impulsándolos a enfrentarse a la presencia de frente. Se proponen descubrir los secretos del bosque, comprender la fuente de la presencia invisible y la razón detrás de sus siniestras intenciones. En las profundidades del bosque, rodeada de árboles antiguos y sombras espeluznantes, la figura se prepara para una confrontación que cambiará el curso de su vida para siempre. Saben que lo que está en juego es alto y que el resultado está lejos de ser seguro. La presencia desconocida podría ser más poderosa, una fuerza a tener en cuenta, e incluso la figura podría no salir victoriosa. Sin embargo, ante la incertidumbre, la figura se mantiene erguida, impulsada por una feroz determinación para desentrañar el misterio y enfrentarse a las sombras que acechan en el bosque. Dan su primer paso adelante, un movimiento lento, deliberado, hacia el corazón de las Sombras Místicas, donde la verdad les espera.

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Reseñas