Parasyte: Parte 1

Parasyte: Parte 1

Trama

En un mundo no tan diferente al nuestro, pero inquietantemente familiar, la humanidad se tambalea al borde del caos. Las calles están plagadas de una serie de asesinatos horribles e inexplicables, denominados los 'asesinatos picadillo' por los medios y el público. Todas las víctimas comparten un rasgo común: sus cuerpos han sido mutilados de una manera que desafía toda explicación, con órganos y extremidades arrancados de sus cuerpos de una manera que sugiere que una fuerza de otro mundo estaba en juego. Es en medio de este caos e incertidumbre donde conocemos a nuestro protagonista, Izumi Shinichi, un estudiante de secundaria que lleva una vida relativamente normal. Sin embargo, bajo la superficie de su mundo cotidiano, está sucediendo algo extraordinario. Una entidad parasitaria se ha adherido a la mano derecha de Shinichi, comenzando lentamente a suplantarla con su propia forma retorcida y alienígena. A medida que este proceso se acelera, Shinichi se encuentra luchando para hacer frente a los cambios que están teniendo lugar dentro de él. El parásito, que Shinichi llega a saber que se conoce como 'Shiongu', es un ser sensible de otro mundo, uno que ha estado viviendo entre los humanos durante siglos. Estas entidades parasitarias pueden adoptar diversas formas, desde pequeñas criaturas parecidas a insectos hasta bestias masivas con tentáculos, y se alimentan de carne humana. El Shiongu que se ha adherido a la mano de Shinichi, al que llama Migi, es una criatura relativamente pequeña y aparentemente benigna. Sin embargo, a medida que pasan los días, Shinichi comienza a darse cuenta de que la verdad detrás de los 'asesinatos picadillo' puede estar más estrechamente ligada a la existencia de los Shiongu de lo que jamás hubiera imaginado. La conexión entre los asesinatos y las entidades parasitarias está envuelta en misterio, pero la situación única de Shinichi, como huésped de un Shiongu, lo convierte en el único capaz de comprender la verdadera naturaleza de la amenaza que enfrenta la humanidad. Migi, a pesar de su pequeña estatura, demuestra ser un compañero leal e ingenioso, que ayuda a Shinichi a descubrir la verdad detrás de los 'asesinatos picadillo' y la existencia de los Shiongu. A medida que profundizan en el mundo de estas entidades parasitarias, las líneas entre lo humano y lo no humano comienzan a desdibujarse, y Shinichi se encuentra cuestionando lo que realmente significa ser humano. La primera parte de Parasyte prepara expertamente el escenario para una narrativa apasionante y estimulante, que explora cuestiones fundamentales sobre la identidad, la naturaleza de la humanidad y las consecuencias de albergar fuerzas más allá de nuestro control. A través de las luchas de Shinichi para aceptar su nueva realidad, la película plantea preguntas difíciles sobre lo que significa estar vivo y lo que sucede cuando nuestros propios cuerpos comienzan a traicionarnos. A medida que se desarrolla la historia, se nos presenta a un elenco de personajes que, como Shinichi, se encuentran atrapados en medio de este conflicto interdimensional. Vemos la forma en que la sociedad responde a los 'asesinatos picadillo', a menudo con una mezcla de horror y fascinación morbosa. Presenciamos la brutal eficiencia con la que los Shiongu pueden operar, dejando atrás restos mutilados de sus anfitriones humanos. Y, a través de todo, vemos el vínculo tentativo que se forma entre Shinichi y Migi, un vínculo que finalmente se pondrá a prueba hasta sus límites mientras se enfrentan a los peligros desconocidos que acechan en las sombras. Las imágenes de la película son una mezcla de elementos de ciencia ficción y terror, que reflejan el mundo de pesadilla en el que se encuentran los personajes. Los Shiongu, con sus formas retorcidas de otro mundo y su brillo misterioso, sirven como un recordatorio constante de la amenaza que enfrenta la humanidad. Mientras tanto, la cinematografía y la iluminación crean una sensación de claustrofobia, enfatizando la naturaleza sofocante de la invasión de los parásitos. En última instancia, Parasyte: Parte 1 nos presenta una narrativa inquietante y estimulante, que plantea preguntas fundamentales sobre lo que significa ser humano. A través de las luchas de su protagonista para aceptar su nueva realidad, la película explora magistralmente los límites entre lo humano y lo no humano, invitándonos a considerar lo que realmente somos y si la noción de 'nosotros' y 'ellos' es tan blanco y negro como podríamos creer.

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Reseñas