Escuela para Pícaros

Escuela para Pícaros, estrenada en 1963, es una película de comedia británica dirigida por Robert Thorpe y protagonizada por Ian Carmichael y Julie Andrews. La historia gira en torno a Jonathan McGee (Ian Carmichael), un joven que lucha por ganarse el corazón de Úrsula (Janette Scott), la chica que le gusta. En un esfuerzo por aumentar su confianza y encanto, Jonathan se inscribe en una "Escuela para Pícaros", un curso diseñado por su excéntrico instructor, Dimitri Karastos (Alastair Sim). Al principio, los intentos de Jonathan por ser más elegante y sofisticado parecen dar sus frutos. Empieza a ganarse a Úrsula con su nueva confianza, pero las cosas dan un giro inesperado cuando descubre que los métodos de la escuela no son del todo altruistas. Karastos tiene una agenda personal para casarse él mismo con Úrsula, lo que complica las posibilidades de Jonathan de ganarse su corazón. A medida que Jonathan se adentra en las enseñanzas y las travesuras de la escuela, se ve envuelto en una serie de absurdas desventuras. Debe sortear las complejidades de sus propias emociones a la vez que lidia con las maquinaciones de Karastos y sus propias inseguridades. El humor de la película se deriva en gran medida de los torpes intentos de Jonathan por superarse, así como de las exageradas payasadas de los excéntricos instructores de la escuela. A lo largo de la película, Ian Carmichael aporta una cualidad de perdedor entrañable a su interpretación de Jonathan, lo que facilita que el público lo apoye a pesar de sus muchos errores. Julie Andrews, en uno de sus primeros papeles, brilla como Úrsula, aportando un sentido de inocencia y encanto a su personaje. El reparto secundario es igualmente memorable, con Alastair Sim ofreciendo una actuación destacada como el enigmático Karastos. Escuela para Pícaros es una película encantadora y entretenida que explora temas como la superación personal, el amor y las complejidades de las relaciones humanas. Con sus ingeniosos diálogos, sus coloridos personajes y su humor absurdo, se ha convertido en un clásico muy querido del cine de comedia británico.