Se7en: Los Siete Pecados Capitales
Trama
En una ciudad plagada de corrupción y decadencia, dos detectives, William Somerset (Morgan Freeman) y David Mills (Brad Pitt), se unen para rastrear a un asesino en serie que utiliza los siete pecados capitales como un motivo retorcido para sus asesinatos. El asesino, conocido solo como John Doe (Kevin Spacey), es un individuo calculador y despiadado que está decidido a demostrar la verdadera naturaleza de los impulsos más oscuros de la humanidad. A medida que Somerset, un detective veterano en el crepúsculo de su carrera, y Mills, un novato joven y ambicioso, profundizan en el caso, descubren un rastro de asesinatos horripilantes que parecen estar inspirados en los siete pecados capitales: gula, avaricia, pereza, orgullo, lujuria, envidia y ira. Con cada nuevo descubrimiento, los detectives se ven obligados a confrontar sus propios demonios personales y los aspectos más oscuros de la naturaleza humana. A medida que aumenta el número de muertos, el mundo de Somerset comienza a desmoronarse al ser confrontado con la dura realidad de una sociedad que ha perdido su brújula moral. Mientras tanto, la obsesión de Mills con el caso lo lleva por un camino oscuro de violencia y desesperación, amenazando con destruir su relación con su esposa, Tracy (Gwyneth Paltrow). A lo largo de la película, el director David Fincher crea magistralmente una sensación de tensión e inquietud, utilizando tomas largas, iluminación tenue y una banda sonora inquietante para crear una atmósfera de presagio. Las actuaciones del elenco son igualmente impresionantes, con Spacey ofreciendo una interpretación escalofriante del enigmático John Doe. A medida que la investigación llega a su clímax, Somerset y Mills deben confrontar su propia mortalidad y la verdadera naturaleza del mal para llevar al asesino ante la justicia. Al final, Se7en: Los Siete Pecados Capitales es una exploración poderosa de los impulsos más oscuros de la humanidad y las consecuencias devastadoras que pueden resultar cuando permitimos que nuestros instintos básicos nos consuman.