Stay: Obsesión

En el apasionante thriller psicológico Stay: Obsesión, el psiquiatra Sam Foster (interpretado por Ewan McGregor) se encuentra enredado en una red de engaño y desesperación cuando su nuevo paciente, Henry Letham (interpretado por Ryan Gosling), presenta un escenario inquietante. Henry afirma ser suicida, y su comportamiento errático levanta señales de alerta para Sam, quien lo ha estado observando de cerca en un intento por diagnosticar su condición. A medida que la historia se desarrolla, la fijación de Sam en Henry se intensifica, lo que lo lleva a profundizar en el pasado turbulento del joven. Descubre que los padres de Henry, que también fallecieron, tuvieron una historia problemática propia, destacando rumores sobre una relación abusiva y el comportamiento errático de la madre. En busca de más información, Sam rastrea al terapeuta anterior de Henry, el Dr. Banks (interpretado por Robert Carlyle), quien parece reacio a entablar una conversación sobre el caso de Henry. Sam también intenta conectarse con la madre de Henry, Lillian, pero sus respuestas solo parecen alimentar el misterio que rodea el comportamiento de su hijo. Sin embargo, a medida que Sam investiga más a fondo, las líneas entre la realidad y los hechos comienzan a difuminarse, y el psiquiatra se encuentra cuestionando sus propias percepciones. La película plantea preguntas sobre la fiabilidad de las declaraciones de los testigos, la inestabilidad de la memoria y la fluidez de la verdad. A medida que Henry continúa desmoronándose, Sam se obsesiona cada vez más con la comprensión de las raíces de la desesperación de su paciente. Pero cuanto más aprende, más se da cuenta de lo mucho que no sabe. Las afirmaciones de Henry de haber asesinado a sus padres, aunque inicialmente se descartaron como una artimaña, comienzan a adquirir un peso perturbador. La película se convierte en una odisea desorientadora, donde la verdad del pasado de Henry y las motivaciones de su madre se revelan lentamente. Las pistas crípticas de Henry comienzan a apuntar a una conexión impactante entre su madre, Lillian, y los trágicos eventos de su vida. Lillian parece evasiva sobre su pasado, pero revela un indicio de inestabilidad y vulnerabilidad, insinuando cómo la dinámica en su relación con su hijo podría haberse deformado después de la muerte del padre de Henry. A medida que avanza el tiempo, Sam se desespera por prevenir el daño autoinfligido de Henry. Con sus facultades mentales cada vez más inestables, Sam comienza a ver un patrón en el comportamiento de Henry que está convencido de que le permitirá interceptar el posible intento de su paciente contra su vida. Corriendo contra el tiempo, Sam se propone evitar una tragedia, impulsado por una necesidad urgente de conectar los elementos aparentemente dispares de la vida de Henry.