El Rostro de Fu Manchu

El Rostro de Fu Man Chu es una película británica de espías de 1965 dirigida por Don Sharp y protagonizada por Christopher Lee como el diabólico Dr. Fu Manchu. La historia comienza con una serie de espeluznantes asesinatos en Londres, donde las víctimas son encontradas con sus rostros grotescamente deformados de una manera que sugiere la obra del infame Fu Manchu. El detective Nayland Smith (Howard Marion-Crawford), quien previamente había presenciado la ejecución de Fu Manchu, se muestra suspicaz y lanza una investigación para descubrir la identidad del asesino. A medida que los cuerpos se acumulan, Smith descubre que cada víctima ha sido sometida a una peculiar forma de tortura, con sus rostros contorsionados por la agonía. A medida que Smith profundiza en el caso, descubre pruebas que sugieren que Fu Man Chu podría no haber muerto después de todo. El principal sospechoso del detective es el notorio Dr. Petrie (Karel Stepanek), quien parece ocultar algo. Mientras tanto, una hermosa asesina conocida como Lin Tang (Tsai Chin) se ve envuelta en el misterio, complicando aún más los esfuerzos de Smith para resolver el caso. A medida que la trama se desarrolla, Smith y sus aliados deben enfrentarse a las fuerzas oscuras del malvado imperio de Fu Manchu, que amenaza con engullir Londres y el mundo. El clímax de la película presenta un emocionante enfrentamiento entre Smith y el propio Fu Man Chu, con el detective emergiendo finalmente victorioso, pero no antes de que el villano doctor desate una última y mortal sorpresa. El Rostro de Fu Man Chu es una emocionante y trepidante aventura de espías que combina elementos de la ficción pulp y películas de artes marciales al estilo de Hong Kong. Con su mezcla de acción, intriga y humor, se ha convertido en un clásico de culto entre los fans del género.