El Juego del Odio

Trama
En la película El Juego del Odio, Lucy Hutton (interpretada por Emily Blunt) comienza su carrera como asistente personal, encargada de apoyar a los peces gordos de la editorial. Al principio, parece perfectamente feliz de hacer lo que le dicen y aceptar su lugar en la jerarquía. Sin embargo, debajo de esta superficie tranquila, Lucy está impulsada por un afán de sobresalir sin sacrificar su moral. Ella nota a un nuevo empleado, Joshua Templeman (interpretado por Chris Evans), quien hace sentir su impresionante presencia en toda la oficina con su actitud tajante e inapelable. A Lucy le disgusta de inmediato su actitud condescendiente hacia los demás asistentes, incluso aquellos que trabajan para personas con menos antigüedad que él. Esta postura la enfurece especialmente cuando es testigo de cómo él infringe las normas sin cuidado y hace caso omiso de sus superiores. Una serie de interacciones intensas entre Lucy y Joshua comienzan a escalar su mutua desconfianza y frustración mutua. Uno de los primeros episodios comienza cuando se involucran en una acalorada discusión mientras intentan superarse mutuamente durante una búsqueda del tesoro en la oficina. Intentan simultáneamente demostrar su valía como trabajadores diligentes ante los empleados de más antigüedad, al mismo tiempo que chocan entre sí y desafían el statu quo. A medida que crece su animosidad mutua, Lucy descubre hasta dónde está dispuesto a llegar Joshua para alcanzar el éxito. Lucy comienza con su fuerte ética de trabajo, pero le cuesta entender las motivaciones de Joshua para sabotear a los demás y aparentar ser extremadamente pretencioso acerca de su propia habilidad. Su desaprobación aumenta cuando lo ve despedir a una asistente debido a pequeños errores en su trabajo, así como manipular la información en su propio favor a expensas de los demás. Sin embargo, a pesar de su aversión, los espectadores ven destellos de una corriente subterránea en sus tensas interacciones. Al notar cómo su rivalidad está generando entusiasmo y creciendo, la utiliza para construir sus cimientos en la empresa. Con el tiempo, su juego de superación se convierte en un juego del gato y el ratón en el que intentan superarse mutuamente en el trabajo. Su tensa relación puede ser molesta, pero los mantiene constantemente esforzándose por la perfección profesional, o eso parece. No obstante, debajo de estos exteriores helados, las sutilezas de Lucy y Joshua comienzan lentamente a revelar una atracción que dudan en reconocer. Es un ingenioso sub-mecanismo del Juego del Odio: Lucy inconscientemente hace sutiles insinuaciones de encanto para comprobar hasta dónde llegará Joshua para perseguir esta idea esquiva. Aunque Joshua nunca capta estas señales al principio, su frustración parece genuina mientras lucha con las impresiones emergentes que tiene de Lucy. Ella ofrece un apoyo genuino en los momentos oportunos y le ofrece vislumbres de los lados más suaves de sí misma, lo que complica su habitual comportamiento helado, haciéndole preguntarse sobre sus intenciones. Con las crecientes probabilidades que influyen en todo el ambiente de la oficina y los encuentros cada vez más frecuentes con Lucy, Joshua no tiene otra opción que volverse más enigmático para quienes lo rodean para camuflar los crecientes sentimientos que reflejan las mismas emociones negativas de odio que ha practicado durante años, lo que resulta en una creciente confusión dentro de su personaje. Aún peor, algunos casos demuestran que ambos aún conservan su ventaja competitiva, pero están perdiendo el control de su antaño profesionalismo gélido simultáneamente, convirtiendo la película cada vez más en una mezcla de comedia negra.
Reseñas
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