La Propuesta

Trama
El sol se ponía sobre el polvoriento Outback australiano, una extensión aparentemente interminable de matorrales y rocas que se extendía hasta el horizonte. Esta era una tierra de extremos, donde el duro clima y el terreno implacable habían endurecido los corazones de las personas que vivían allí. En este mundo implacable, el estado de derecho era tenue en el mejor de los casos, y los hombres que lo hacían cumplir a menudo no eran mejores que los forajidos que perseguían. Fue en este brutal paisaje donde Charlie Burns, un notorio forajido, se encontró ante una terrible elección. Su hermano menor, Mikey, estaba a punto de ser ahorcado por una pequeña parte de un crimen que Charlie había cometido con su socio, Arthur, y se le dio la oportunidad de salvar la vida de su hermano. El hombre que le ofreció esta oportunidad fue el sargento Fletcher, un policía duro y sensato con reputación de obtener resultados. Fletcher había estado rastreando a Charlie y Arthur durante meses y, finalmente, los había acorralado en un pequeño pueblo del Outback. Pero en lugar de colgarlos, Fletcher propuso un trato: Charlie cazaría y mataría a su hermano mayor, Arthur, a cambio de la libertad de su hermano Mikey. Era una propuesta que Charles Burns, o Charlie, difícilmente podía rechazar. Mikey era toda la familia que le quedaba, y haría cualquier cosa por salvarlo. Pero la tarea que Fletcher le encomendó era desalentadora: tendría que viajar a través del Outback, sorteando terrenos traicioneros y defendiéndose de los mismos hombres que lo habían traicionado a las autoridades. Cuando Charlie emprendió su búsqueda, se encontró con una mezcla de hostilidad y sospecha. La gente del Outback había oído hablar de los hermanos Burns, y ninguno de ellos quería quedar atrapado en sus asuntos. Pero Charlie estaba decidido, impulsado por una mezcla de amor por su hermano y un sentido del deber hacia Mikey. Montó su caballo a través de los matorrales, con el rostro puesto en una expresión resuelta. Mientras viajaba, Charlie se encontró con una serie de personajes, cada uno con sus propias motivaciones y agendas. Estaba Jellon Lambshead, un asesino a sangre fría que parecía deleitarse con el sufrimiento de los demás. Jellon había sido uno de los hombres que había traicionado a Charlie y Arthur a las autoridades, y tenía un interés personal en verlos muertos. Charlie sabía que si quería sobrevivir, tendría que vigilar constantemente a Jellon, que parecía estar esperándolo a la vuelta de cada esquina. También conoció al capitán Stanley, un hombre brusco pero justo que había perdido a su propia esposa a causa de la violencia de Arthur. Stanley tenía una cuenta pendiente con Arthur y estaba ansioso por verlo muerto. Pero también era un pragmático, y sabía que en el Outback, la moralidad era un lujo que pocas personas podían permitirse. Advirtió a Charlie de los peligros que le esperaban, pero también le ofreció un buen consejo: que tuviera cuidado, que se cubriera las espaldas y que nunca subestimara el poder de sus enemigos. A medida que Charlie continuaba su viaje, comenzó a darse cuenta de la enormidad de la tarea que Fletcher le había encomendado. No solo tendría que matar a su hermano, sino que también tendría que navegar por las traicioneras aguas de la sociedad del Outback, donde la lealtad era un concepto fluido y la violencia estaba a solo un paso. Sabía que estaba corriendo un riesgo terrible, pero estaba impulsado por su amor por Mikey y su deseo de verlo a salvo. A medida que los días se convertían en semanas, Charlie se enfrentaba a más y más peligros. Fue emboscado por Jellon y sus hombres, y tuvo que luchar contra un grupo de guerreros aborígenes hostiles que parecían decididos a matarlo. A pesar de todo, nunca perdió de vista su objetivo, que era encontrar a Arthur y llevarlo ante la justicia. Pero a medida que la distancia entre Charlie y su hermano disminuía lentamente, también lo hacía su determinación. Comenzó a ver a Arthur como un ser humano, en lugar de un monstruo, y se dio cuenta de que la tarea que Fletcher le había encomendado era cruel. Se le pedía que matara al hombre que había sido su socio, su amigo y su hermano. Era un dilema moral del que Charlie no podía deshacerse, y sabía que las consecuencias de sus acciones serían nefastas. Al final, fue este conflicto moral lo que finalmente llevó a Charlie a su perdición. Se negó a matar a Arthur, a pesar de su deber de hacerlo, y en su lugar optó por perdonarle la vida. Pero al hacerlo, se vio obligado a aceptar las consecuencias de su decisión, que fue entregarse a las autoridades y ser enviado de vuelta a prisión. La película termina con Charlie, ahora solo en su celda, mirando las cartas de su hermano Mikey, reflexionando sobre las decisiones que tomó y las consecuencias que siguieron.
Reseñas
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