La Forma del Agua

Trama
En medio de la tumultuosa era de la Guerra Fría, la obra maestra del director ganador del Premio de la Academia Guillermo del Toro, La Forma del Agua, entrelaza una historia conmovedora y encantadora de amor, aceptación y el poder transformador de la conexión humana. Ambientada en 1962 en Baltimore, Maryland, la película da vida a un mundo donde los juegos de espías, las tensiones ideológicas y el secreto gubernamental reinan de manera suprema, proporcionando un telón de fondo de otro mundo para los eventos que se desarrollan en la historia. La figura central de la narrativa es Elisa Esposito, una conserje muda en el Centro de Investigación Aeroespacial Occam, una instalación de vanguardia que sirve como un centro clandestino para la experimentación y el espionaje. Interpretada con profundidad y matices por Sally Hawkins, el personaje de Elisa es de una resistencia silenciosa, su incapacidad para hablar enmascara una gran inteligencia y empatía. A través de una serie de imágenes cuidadosamente coreografiadas, incluida la forma en que se comunica a través del lenguaje de señas, la experimentación práctica y la pantomima sutil, Del Toro presenta sensiblemente a Elisa como un personaje marginado por la sociedad, cuya bondad innata y dignidad merecen reconocimiento. Es dentro de este entorno que la vida de Elisa se cruza con un ser diferente a cualquier otro: el humanoide anfibio, conocido como "El Activo". Capturado por el gobierno durante sus expediciones a tierras lejanas, "El Activo" ha sido confinado dentro de los muros laberínticos del centro de investigación, sometido a duros experimentos destinados a desbloquear los secretos de su extraordinaria fisiología. Interpretado con tranquila dignidad por Doug Jones, esta criatura fascina a Elisa, a pesar de la inicial inquietud, lo que desata una comprensión empática entre los dos, que gradualmente florece en un amor profundo y perdurable. A medida que Elisa comienza a observar, aprender y, en última instancia, ayudar en secreto a su misterioso compañero, su vínculo se fortalece. Del Toro elabora magistralmente una narrativa visual que expone de manera conmovedora los límites y tabúes artificiales que separan a los humanos y al "otro". Al yuxtaponer los esfuerzos de la comunidad científica para diseccionar y analizar al interés amoroso anfibio de Elisa, con las tiernas muestras de afecto que comparten entre ellos, la película navega de manera inteligente por las nociones de identidad, moralidad y lo que significa ser humano. Complementando el floreciente romance de Elisa está la enigmática amistad que comparte con Zelda Fuller (Octavia Spencer), una compañera de trabajo afroamericana de lengua afilada e ingenio agudo. Las observaciones directas de Zelda sobre los acontecimientos secretos que rodean a "El Activo" revelan las capas de manipulación y burocracia que han oscurecido el interés amoroso de Elisa del mundo exterior. La pareja forma un vínculo de apoyo, con Zelda coludiéndose en secreto con Elisa para garantizar la seguridad de su amigo cautivo. Es cierto que los agentes gubernamentales, liderados por Richard Strickland (Michael Shannon), un agente despiadado obligado a descubrir el valor del humano anfibio para los propósitos de la Guerra Fría, representan una amenaza inminente para Elisa y su amado compañero. El retrato de Strickland sirve como un recordatorio inquietante de las fuerzas represivas que alimentan las maquinaciones de opresión durante la tumultuosa era de la Guerra Fría. Su presencia y acción decidida subrayan la gravedad de la situación que Elisa y Zelda están tratando de sortear. A medida que aumentan las tensiones, Del Toro manipula magistralmente el suspenso, infundiendo empatía desgarradora en la narrativa. Una serie de viñetas visuales ofrecen contexto a la historia de fondo de Elisa y al aislamiento que ha soportado en las sombras de la sociedad. Su profundo vínculo emocional con la música, que juega un papel fundamental como medio de comunicación emocional, transmite el amor profundamente conmovedor que florece entre ella y "El Activo". Esto también se vuelve fundamental cuando, contra toda esperanza, idea un plan maestro para su liberación, reuniendo conocimiento y coraje con el apoyo inquebrantable de Zelda y la propia criatura. En última instancia, La Forma del Agua resuena como un poderoso desafío a las narrativas convencionales, ofreciendo un retrato conmovedor de coraje, amor mutuo y fortaleza, cualidades arraigadas no en el poder de una persona individual o en grandes hazañas, sino más bien en su conexión humana y vulnerabilidad colectiva. Esta cautivadora película deja una huella indeleble, una que rinde un tierno homenaje a aquellos que viven al margen de la sociedad, al tiempo que honra las conexiones tiernas y transformadoras que a menudo formamos con aquellos que la sociedad considera inadecuados para la adoración generalizada.
Reseñas
Eden
The creature chomped down on a cat's head, and I'm not thrilled. (。•ˇ‸ˇ•。)
Julian
I, too, would worship a hair-regrowing monster as a god.
Cooper
The first thing the Amphibian does after escaping is go to the movies. Del Toro is so romantic and tender this time.
Daphne
Only someone with boundless childlike wonder and extreme romanticism could craft a tale like this – one where "all marginalized people, united, can stand against a dark world." It's incredibly difficult not to be deeply moved. The fish-creature is a symbol; a mysterious being, yes, but more importantly, a vibrant representation of the mute woman, the gay man, the Black woman, and all women featured in the film… In that sense, character archetypes are almost unavoidable, but the love story is just so beautiful; it's an absolute tearjerker.
Astrid
This movie feels incredibly underdeveloped, like it's forcing its values on the audience from beginning to end. It's a series of distasteful scenes that don't feel like a genuine love story at all, but rather a predatory older woman taking advantage of a naive, innocent creature.
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