El Gigante de Hierro

En la pintoresca ciudad de Rockwell, Maine, es octubre de 1957, una época de inocencia y optimismo, pero también de miedo e incertidumbre. La Guerra Fría está en su apogeo, y la amenaza del comunismo se cierne sobre la nación como una nube oscura. En medio de este clima de tensión, una misteriosa máquina gigante de metal aterriza en los bosques cercanos, enviando ondas de choque de temor y asombro a través de la pequeña comunidad. Hogarth Hughes, un niño curioso y aventurero de nueve años, es el primero en descubrir al gigante, al que apoda "El Gigante de Hierro". Hogarth está fascinado por la máquina, y mientras la explora, comienza a ver el mundo a través de sus ojos mecánicos, un mundo desprovisto de emociones, prejuicios y juicios. A medida que Hogarth y el Gigante de Hierro, ahora un dúo improbable, comienzan a formar un vínculo, atraen la atención de dos individuos diferentes. Uno es Kent Mansley, un funcionario gubernamental ambicioso y oportunista, que está decidido a explotar la máquina de metal alienígena por el bien de la nación, sea lo que sea que eso signifique. El otro es Dean McCoppin, un recluso paranoico y, a menudo, violento, que está obsesionado con la idea de matar al Gigante de Hierro y a las personas que ve como amenazas. Al principio, Hogarth ve al Gigante de Hierro como una forma de demostrar su valía y mostrarle a su padre, que ha hecho sacrificios por la familia, que es lo suficientemente responsable y maduro como para cuidarse a sí mismo. Este sentimiento y el miedo al rechazo tienen una gran influencia en las acciones y la toma de decisiones de Hogarth a lo largo de la historia a medida que se desarrolla la trama. A medida que la historia llega a un momento crucial, Hogarth comprende que el 'Gigante de Hierro' no es una máquina de destrucción, y que estaba siendo vigilado, de maneras que inicialmente se sentían como un juicio. Mientras tanto, el Gigante de Hierro es guiado por una transmisión de la voz de un astronauta estadounidense muerto llamado Coronel Shaun, en una nave espacial moribunda. A medida que continuaba con su tarea de examinar las formas de vida terrestres, la transmisión de radio de la nave espacial llega a la línea o las comunicaciones satelitales del Gigante de Hierro, lo que trae las emociones de lo que el hombre pudo haber pensado mientras vivía su vida. Hogarth y su madre se convierten en las personas clave para ayudar al Gigante de Hierro, la misma persona que ahora lucha contra los miedos, los prejuicios y que otros miedos llegan a un acuerdo con esta realización en sí mismo. Al descubrir que la presencia o la 'existencia' de la 'máquina', en última instancia, no quiere matarlos, o en otras palabras, para llevar a cabo un mandato de 'destrucción' o caos, digamos que llevaría a cabo las órdenes de una fuerza alienígena antagónica.