El Príncipe de Egipto

El Príncipe de Egipto

Trama

En el abrasador desierto egipcio, una tierra de antiguas tradiciones y brutal esclavitud, se desarrolló la historia de Moisés. Un héroe destinado a desafiar a los faraones y liberar a su pueblo de la esclavitud. Pero, antes de su gran búsqueda de liberación, el viaje de Moisés comenzó como el de la mayoría de los egipcios, nacido de una madre hebrea y criado por un padre egipcio. La familia de Moisés luchó por mantener su herencia hebrea en una sociedad controlada por los egipcios dominantes. Su madre, Jochebed, sin embargo, encontró consuelo en preservar su identidad. Decidida a criar a Moisés según su fe, lo confió a su hermana Bithiah y a su esposo. Bithiah fue testigo de la inocencia de Moisés y lo puso ante la hija del faraón, la princesa. Sin que ella lo supiera, esta elección sellaría el destino de Moisés para siempre. La nueva vida de Moisés en el palacio pronto lo puso en contacto con su futuro hermano, un compañero más cercano que un familiar de sangre. El nombre de este individuo era Ramsés. A medida que Moisés, Ramsés y sus hermanas princesas crecieron juntos, se formó un fuerte vínculo entre los dos muchachos. Desesperado por afirmar su posición en el palacio, Ramsés comenzó a mostrar signos de extrema inestabilidad. Tanto Moisés como la princesa se dieron cuenta de que la agresión de Ramsés provenía de la tensión de mantener las responsabilidades que conllevaba su rango. Esta tumultuosa relación inculcó en Moisés una profunda empatía por los pobres y una implacable impulso hacia la justicia. Su sentido de la compasión llevó a Moisés a desafiar las duras políticas implementadas por el faraón. También atrajo la atención del futuro libertador de los hebreos, el misterioso Jetro, el padre adoptivo de Moisés. Según la voluntad divina, la relación de Moisés con Ramsés llegó a su punto de inflexión. Un becerro de oro había tomado el centro del escenario, reflejando el alma de Egipto. A través de una serie de eventos, Moisés ahora se sintió atraído por la verdad. Impulsado por un sentido de responsabilidad y un poder no reconocido, Ramsés comenzó a afirmar su dominio sobre los hebreos con la esperanza de recibir la gloria de Egipto. Aunque mantuvo una muestra externa de autoridad a través de la despiadada explotación de los hebreos, el temor al creciente protagonismo de Moisés comenzó a inquietarlo. Sin darse cuenta, un gran desequilibrio se había desarrollado gradualmente en su vínculo fraternal. Junto con sus diferentes visiones y lealtades, surgió una abrumadora sensación de inquietud; Moisés, negándose a la subyugación a la voluntad de Egipto, y el creciente resentimiento de Ramsés, llevaron a que surgiera una división insalvable. En el palacio cada vez más aislado del faraón, una serie de buitres y cortesanos celosos se aprovecharon de la vulnerabilidad de Ramsés, radicalizando aún más sus perspectivas. Impulsado por la percepción de fracaso y la frustración celosa de Ramsés, el poder desenfrenado de Egipto se tambaleó hacia el desastre, a pesar de las implacables protestas de Moisés. Aunque la implacable profecía pronunciada por el sabio Jetro reveló el camino que le esperaba a Moisés por su valiente visión de Egipto libre y su feroz celo por la justicia. En una confrontación trágica y fundamental, Moisés fue arrancado de su vida como príncipe y desterrado al desierto con nada más que la capa que adornaba los hombros de Ramsés. Dentro de su aislamiento, Moisés recibió una profunda epifanía, cuando la dirección divina inundó su corazón. Fue llamado a desafiar lo impensable y reescribir por sí solo el curso del destino de su familia, enfrentándose a la ferocidad de Ramsés, el cruel poder del faraón y, en última instancia, convirtiéndose en un guerrero por la justicia, cuyo extraordinario legado cambió el destino de una nación para siempre. El resto de la historia de Moisés se desarrolló, contada con magnificencia animada por DreamWorks en su producción de 1998, 'El Príncipe de Egipto'.

Reseñas