El Protegido

David Dunn, un hombre común con una vida común, vive en un mundo donde a menudo se siente como un pez fuera del agua. Trabajando como guardia de seguridad en una tienda departamental, David pasa sus días observando a la gente y preguntándose qué los motiva. En su viaje diario a casa, una rutina se ve interrumpida por un catastrófico accidente de tren, que deja decenas de muertos y muchos más heridos. Milagrosamente, David sobrevive con solo algunos moretones. A medida que se difunde la noticia sobre el incidente, David comienza a sentir que algo fuera del ámbito de la coincidencia ha sucedido. Luchando por comprender los eventos que han ocurrido, David recurre a las noticias locales en busca de respuestas. Es aquí donde se cruza con Elijah Price, un hombre que se hace llamar Mr. Glass. La historia de Elijah comienza a desarrollarse, un relato de una vida llena de fragilidad, no solo en su cuerpo físico, sino también en su autopercepción. Sufriendo una enfermedad genética llamada osteogénesis imperfecta, Elijah se somete a innumerables cirugías y sufre numerosas fracturas a lo largo de su vida: su cuerpo es tan frágil como el cristal. A medida que el destino une a David y Elijah, se desencadena una línea de interrogatorio que sacude los cimientos de las percepciones de ambos hombres sobre sí mismos y su lugar en el mundo. Elijah está intrigado por la aparente supervivencia fortuita de David en el accidente de tren, preguntándose si podría marcar el comienzo de un nuevo camino. David, a su vez, comienza a cuestionar su propia fragilidad, viendo la vida como si tuviera un componente irrompible o estuviera hecha de un material completamente diferente, más susceptible. Elijah invita a David a reunirse con un médico que conozca su condición. Sin embargo, cuando llegan a la reunión, las cosas toman un giro más oscuro cuando Elijah toma medidas drásticas, disparando al médico y causando daño a civiles inocentes. Con heridas graves, Elijah es puesto bajo custodia policial, mientras que David se encuentra en una situación difícil. Ver los ojos trágicos pero a la vez llenos de tristeza de Elijah genera dudas sobre si Elijah era el perpetrador con una intención malvada o una persona impulsada por una fuerte voluntad de llamar la atención sobre una fuerza superior en juego. David se encarga de aprender más sobre Elijah y posiblemente conectarlo con el misterio que rodea el accidente del tren. Profundizando, se reúne con el detective de policía, quien comparte que la afirmación de Elijah de su fragilidad no tendrá ningún sentido cuando se exponga en el contexto de crímenes brutales. Sintiéndose inseguro, David elige no internar a Elijah en una institución mental, pero continúa la relación con cautela. Elijah insinúa una agenda oculta para resolver el principal enigma de su vida: un anhelo abrumador por comprender la teoría detrás de las condiciones de vida contrastantes de él y David. Convencido de una conexión entre ellos, David se da cuenta de que, en el transcurso de sus encuentros, está siendo guiado gradualmente hacia la probabilidad de que sea un solo componente no frágil que queda por ahí. Dos lados increíblemente opuestos continúan intercambiando filosofías: dos descripciones completamente inversas que acercan a Elijah y David a la comprensión de las complejidades de la gran fuerza subyacente. David finalmente cree en las afirmaciones de Elijah, compartiendo el asombro inducido al reconocer el hecho ineludible: ser completamente diferente a un hombre llamado Elijah Price. Al mismo tiempo, también teme que, en algún momento, los misterios puedan ser una vía de escape temporal para sus propios temores trágicos de perderse por completo en el transcurso del tiempo.