Wilde

Wilde

Trama

Wilde es una película biográfica dramática de 1997 basada en la vida de Oscar Wilde, una de las figuras más destacadas de la literatura de finales del siglo XIX. Dirigida por Brian Gilbert, la película está protagonizada por Stephen Fry como Oscar Wilde, un escritor carismático y brillante que lucha por reconciliar su verdadera naturaleza con las expectativas sociales de su época. La película comienza con Oscar Wilde (Fry) en su apogeo, renombrado por su ingenio, encanto y destreza intelectual. Célebre dramaturgo, poeta y autor, Wilde ha capturado los corazones tanto de la aristocracia británica como de la clase trabajadora con su lengua afilada y sus inteligentes observaciones sobre la vida. Sin embargo, bajo su elegante exterior se esconde una agitación de deseos conflictivos y presiones sociales que amenazan con destruir su fachada cuidadosamente construida. A medida que la historia se desarrolla, vemos el matrimonio de Wilde con Constance Lloyd (Judy Davis) y su relación con sus dos hijos pequeños, Cyril y Cyril Jr. Aparentemente, Wilde lo tiene todo: una familia amorosa, una carrera exitosa y una posición social prestigiosa. Sin embargo, está luchando desesperadamente por ocultar su verdadera naturaleza: su abrumadora atracción por los hombres, particularmente por su amante, Lord Alfred Douglas (Cal Macaninch). Lord Alfred, un joven y encantador aristócrata, es presentado a Wilde como el futuro Lord Windermere. Su atracción instantánea es innegable y rápidamente se vuelven inseparables, compartiendo un romance apasionado y absorbente. Sin embargo, su relación está plagada de peligros, ya que las relaciones entre personas del mismo sexo se consideran un delito grave y se castigan con prisión y ostracismo social. La confusión interna de Wilde se intensifica a medida que navega por el delicado equilibrio entre su imagen pública y sus deseos privados. Su aventura amorosa con Lord Alfred es un secreto que no se atreve a revelar al mundo, no sea que destruya su reputación y la posición de su familia. La presión aumenta y las relaciones de Wilde con quienes le rodean comienzan a resentirse. Constance Lloyd, su paciente y comprensiva esposa, es consciente de la infidelidad de Oscar, pero está decidida a mantener el matrimonio intacto, con la esperanza de que su marido finalmente asuma sus deseos y se calme. Mientras tanto, la familia de Lord Alfred está escandalizada por su relación con Oscar Wilde, un hombre casado y con hijos. Le advierten a Lord Alfred que termine la aventura antes de que sea demasiado tarde. La tensión llega a un punto de ebullición cuando el ingenio y el encanto de Oscar no logran protegerlo de las consecuencias de sus actos. El Marqués de Queensberry (Robert Bathurst), el padre de Lord Alfred, descubre la naturaleza de su relación e insulta públicamente a Oscar, llamándolo sodomita. Oscar, en un ataque de rabia, demanda a Lord Queensberry por difamación, una decisión que finalmente sella su destino. A medida que se desarrolla el caso judicial, la reputación de Oscar se ve empañada por su propio testimonio, y es declarado culpable de indecencia grave. Es sentenciado a dos años de trabajos forzados, un golpe devastador que lo despoja de su título, su riqueza y su estatus. Constance y sus hijos quedan a su suerte, un testimonio de la crueldad social que ha destruido a su familia. A lo largo de su tiempo en prisión, Oscar Wilde escribe cartas conmovedoras a Lord Alfred, reflexionando sobre las trágicas circunstancias que le han sobrevenido. Su genio es evidente mientras vierte su corazón en la página, creando algunas de las palabras más hermosas y devastadoras de su carrera. A pesar de las dificultades, el espíritu de Wilde permanece intacto y su arte continúa floreciendo, un testimonio de su voluntad indomable. La película termina con la liberación de Oscar Wilde de la prisión, un hombre destrozado, agotado por las dificultades de su encarcelamiento. Su matrimonio ha terminado y su familia ha sido destrozada. Sin embargo, en sus últimas palabras, Oscar Wilde afirma su verdadera naturaleza, su amor por Lord Alfred y su arte, dejando tras de sí un legado que siempre será recordado como un testimonio del poder de la creatividad y la autoexpresión. En "Wilde", Brian Gilbert presenta un retrato conmovedor e inflexible de un hombre dividido entre sus deseos y las expectativas sociales de su tiempo. La película muestra la notable interpretación de Stephen Fry como Oscar Wilde, capturando el ingenio, el encanto y la vulnerabilidad del escritor con una precisión asombrosa. El resultado es un drama biográfico profundamente conmovedor y provocador que arroja luz sobre la trágica vida de un gigante literario, atado para siempre por las normas sociales de su época.

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Reseñas