Star Trek: En la oscuridad

Tras un evento catastrófico que deja tambaleándose al sector de la galaxia perteneciente a la Federación, surge una nueva amenaza en la forma de John Harrison, alias Khan, un superhumano genéticamente modificado del siglo XXI que se creía extinto. Desatando una destrucción devastadora sobre la flota de la Flota Estelar, Harrison demuestra ser un enemigo casi imbatible, impulsado por un deseo singular de venganza contra aquellos que le agraviaron en el pasado. Mientras el Capitán James T. Kirk navega por el traicionero panorama de este conflicto interestelar, se encuentra al frente de una búsqueda desesperada para aprehender a Harrison. Sin embargo, esta tarea es cualquier cosa menos sencilla, ya que el astuto y formidable adversario siempre parece estar un paso por delante, llevando a Kirk y a su tripulación al límite. A medida que la tripulación del Enterprise lucha contra las brutales tácticas de Harrison, se enfrentan a la desagradable realidad de que su antiguo amigo puede ser más un enemigo mortal que un leal aliado. Cuando descubren las verdaderas intenciones de Harrison, su motivo de destrucción comienza a tener un sentido escalofriante, añadiendo un nivel inquietante de profundidad a sus acciones malévolas. Mientras tanto, la floreciente relación de la teniente Uhura con su colega se ve constantemente interrumpida por la guerra que les rodea. Ante la muerte, incluso la intimidad parece frágil. A medida que la guerra avanza en su horizonte, la sabiduría del almirante Pike guía al capitán Kirk para que acepte la naturaleza insondable de la guerra: aceptar el dolor por el resto de esa misión final. Las observaciones de Montalvo sólo amplifican la inmensidad del poder destructivo de este 'pequeño' 'general despiadado', ilustrando una cierta naturaleza inevitable de una fuerza destructiva, única e individual. El alcance del asunto se amplía gradualmente para representar una guerra épica librada por individuos que todavía tienen vidas individuales. Con su propia mortalidad amenazada, Kirk plantea preguntas sobre las implicaciones de su deber, impulsándole a tomar decisiones difíciles que ponen en entredicho su propio sentido de lo que significa ser un líder. Cuando se revela que Harrison está buscando en secreto a su esposa, a quien cree que la Flota Estelar dejó morir por la fuerza, Kirk se enfrenta a la justificación de la guerra. Transmite lo moralmente modesta o fundamentada que es la determinación del bien y del mal. En esta búsqueda, Kirk se encuentra una vez más dividido. Le impulsa su lealtad tanto al deber como a su tripulación, cuyo destino pende de un hilo. Este conflicto también toca su debilidad más personal: las relaciones emocionales, que en última instancia parecen deshacer muchas vidas. Esto da una muestra reveladora de las capacidades destructivas y las motivaciones detrás de las naves estelares que otras personas han elegido, revelando que el verdadero mando no puede realizarse a través de la lógica, sino a través del amor - a tu hermano.