El Contador

Christian Wolff, un genio de las matemáticas, ha dedicado toda su vida a desarrollar una habilidad excepcional para calcular y procesar números a una velocidad increíble. De niño, la hiperactividad y el trastorno por déficit de atención de Christian dificultaron su interacción con los demás, y se aisló cada vez más debido a sus excepcionales capacidades mentales. Sin embargo, estos mismos rasgos le permitieron sobresalir académicamente, especialmente en matemáticas, donde encontró una sensación de confort y consuelo. De adulto, Christian trabaja como contador para el Departamento de Defensa, asegurándose de que las empresas contratadas por el gobierno procesen con precisión sus transacciones financieras. Las habilidades de Christian le permiten identificar discrepancias y anomalías en los datos financieros que otros podrían pasar por alto. Se ha convertido en un maestro en equilibrar sus habilidades únicas con su necesidad de interacción humana, que logra comunicándose principalmente a través de las matemáticas. Cuando Christian comienza a trabajar para un nuevo cliente, un sindicato criminal de lavado de dinero liderado por Ray King, llama la atención del Departamento del Tesoro, específicamente del agente Colin Benoit y de Mary Lynn Maxwell del FBI. Wolff pronto descubre que la operación de lavado de dinero está vinculada a una trama más siniestra que involucra corrupción dentro del Departamento de Defensa y espionaje corporativo. Mientras Christian trabaja para descubrir el alcance de la conspiración, se ve envuelto en una compleja red de violencia y engaño. Los clientes de Wolff resultan estar muy involucrados en el crimen organizado, y pronto se da cuenta de que sus actividades lo han puesto en grave peligro. El Departamento del Tesoro, consciente de la participación de Christian, se acerca a su operación y se produce un juego del gato y el ratón. Christian no es consciente de la gravedad de la situación y de su papel en el esquema más amplio. Aunque tiene habilidades que lo convierten en un oponente formidable, no está bien equipado para manejar las mortales apuestas involucradas. La firma de contabilidad que Christian ha estado utilizando como tapadera está comprometida, y finalmente se ve obligado a sumergirse en la clandestinidad para protegerse. A medida que aumenta el número de cadáveres, Christian se enreda cada vez más en la maraña de engaños. Cuenta con la ayuda de una sola cliente, Dana Goetz, que se da cuenta de las actividades conspirativas que rodean la operación de lavado de dinero. Juntos, trabajan para desentrañar los enredados hilos de la conspiración, navegando por un laberinto de mensajes crípticos, habitaciones ocultas y escapes por poco. En un giro emocionante, el pasado problemático de Christian resurge cuando el Departamento de Defensa revela el verdadero alcance de la conspiración. La agencia ha estado al tanto de las excepcionales habilidades de Christian durante mucho tiempo, pero optó por utilizarlas para sus propios fines. Wolff, un activo humano con habilidades analíticas incomparables, se ha topado inadvertidamente con el corazón de un problema global. En última instancia, Christian y Dana hacen todo lo posible para evitar que toda la operación se derrumbe y, como resultado, el número de muertos aumenta drásticamente. En el proceso, Wolff realiza acciones audaces para salvaguardar a la pareja, y el agente Benoit comienza a lidiar con su brújula moral. Al aprovechar el potencial ilimitado de Christian, Wolff finalmente desentraña la compleja red de engaños y proporciona una rendición de cuentas para aquellos involucrados en el crimen. Un final emocionante se desarrolla cuando Wolfe se enfrenta a agentes rebeldes y a los asociados clave de su líder, Ray King, asegurando un escape precario.