Si tuviera 30

En la comedia romántica "Si tuviera 30", Jenna Rink (Jennifer Garner), una niña de 13 años, se siente avergonzada y humillada tras ser rechazada por su amor platónico en su fiesta de cumpleaños. Buscando consuelo, confía en su mejor amigo Matt Flamhaff (Sean Maroney) y desea tener 30 años y "tener el control" de su vida. A la mañana siguiente, Jenna se despierta y se encuentra transformada en una mujer de 30 años (también interpretada por Jennifer Garner). Inicialmente emocionada con la perspectiva de ser adulta, pronto descubre que tener 30 años no es tan maravilloso como parece. Mientras navega por su nueva realidad, lucha por adaptarse a las responsabilidades y desafíos que conlleva la edad adulta. La transformación de Jenna también afecta sus relaciones con quienes la rodean. Se reconecta con Matt, quien se ha convertido en un exitoso hombre de negocios (Mark Ruffalo), pero su amistad se complica a medida que ambos superan su propio crecimiento personal y sentimientos no correspondidos el uno por el otro. Mientras Jenna trata de dar sentido a su nueva vida, también aprende valiosas lecciones sobre la importancia de la familia, las amistades y ser fiel a uno mismo. Con la ayuda de su yo de 13 años (Shana David), que aparece en flashbacks a lo largo de la película, Jenna llega a comprender que crecer no se trata solo de envejecer, sino también de desarrollar la madurez emocional. A lo largo de la película, las luchas internas de Jenna contrastan con sus divertidas desventuras como adulta. La película presenta diálogos ingeniosos, giros de trama inteligentes y sólidas actuaciones de su elenco. Al final, "Si tuviera 30" ofrece un mensaje conmovedor sobre cómo aceptar los desafíos de la vida y encontrar el lugar de cada uno en el mundo.