Después de la Pandemia

Trama
El mundo había llegado a un punto de inflexión, y cuando la pandemia transmitida por el aire arrasó el mundo, marcó el principio del fin. El virus, conocido como la "Gran Plaga", era un patógeno diferente a todo lo visto antes. Se transmitía por el aire, era contagioso y mortal, y acabó con casi el 90% de la población mundial en cuestión de meses. Los que eran jóvenes, ya sea en edad o de corazón, resultaron ser los afortunados. Eran inmunes al virus, y fue esta inmunidad la que les permitió sobrevivir en un mundo que había sido devastado por la enfermedad. Ellie y Quinn fueron dos de esos supervivientes. Habían perdido a sus seres queridos, sus hogares y su sensación de seguridad. Pero se tenían el uno al otro, y eso era todo lo que importaba. Ambos eran jóvenes, ingeniosos y estaban decididos a mantenerse con vida en un mundo que parecía empeñado en matarlos. Recogían lo que podían de las ruinas de la civilización, siempre buscando comida, refugio y seguridad. Sin embargo, su existencia no estaba exenta de desafíos. Pronto descubrieron que no estaban solos en sus luchas. Había otros ahí fuera, igual de decididos que ellos a sobrevivir. Estos individuos, conocidos como los Acechadores, eran un grupo de despiadados carroñeros mercenarios que vagaban por el paisaje postapocalíptico, tomando lo que querían, cuando querían. Los Acechadores eran una fuerza a tener en cuenta. Dirigidos por un líder misterioso y temido, eran un grupo muy unido con sus propias reglas y regulaciones. Se aprovechaban de los débiles y los indefensos, disfrutando del sufrimiento de los demás. Eran el epítome de la naturaleza humana en su peor momento, y Ellie y Quinn sabían que tenían que tener cuidado si querían evitar convertirse en sus próximas víctimas. A medida que Ellie y Quinn navegaban por su traicionero nuevo mundo, se encontraron siendo perseguidos por los Acechadores. Los Acechadores se habían fijado en ellos y estaban decididos a eliminar cualquier competencia potencial. Empezaron a acechar a Ellie y Quinn, siguiendo cada uno de sus movimientos, esperando el momento perfecto para atacar. Ellie y Quinn sabían que tenían que ser ingeniosos y astutos si querían ser más listos que los Acechadores. Pasaban todas sus horas de vigilia buscando posibles amenazas, siempre en movimiento, sin permanecer nunca en un lugar durante mucho tiempo. Recogían todo lo que podían, siempre buscando formas de mejorar su situación, y luchaban con valentía cada vez que eran atacados. A pesar de su valentía, Ellie y Quinn no eran rival para los Acechadores. Los Acechadores tenían números, armas y fuerza de su lado. Les habían quitado todo por lo que Ellie y Quinn habían trabajado, dejándoles sin nada. Pero Ellie y Quinn se negaron a rendirse. Lucharon con todas sus fuerzas, utilizando todos los trucos del libro para intentar evadir a sus perseguidores. A medida que los días se convertían en semanas, y las semanas en meses, Ellie y Quinn empezaron a perder la esperanza. Estaban cansados, hambrientos y agotados. Llevaban tanto tiempo huyendo que no sabían si podrían seguir adelante. Pero se tenían el uno al otro, y eso era lo que les mantenía en marcha. En medio de todo este caos y destrucción, Ellie y Quinn descubrieron un rayo de esperanza. Se toparon con una pequeña comunidad de supervivientes que se habían unido para formar un asentamiento. El asentamiento era pequeño, pero era un comienzo, y Ellie y Quinn sabían que tenían que arriesgarse. Se dirigieron al asentamiento, al principio con cautela, pero a medida que se acercaban, vieron la esperanza y la resistencia en los ojos de los supervivientes. Vieron a un grupo de personas que habían pasado por las mismas luchas que ellos, y habían salido al otro lado. Vieron a un grupo de personas que estaban decididas a reconstruir y empezar de nuevo. Ellie y Quinn sabían que habían encontrado un nuevo hogar. Sabían que estarían a salvo, al menos por un poco más de tiempo. Sabían que podrían empezar de nuevo, reconstruir y crear una nueva vida para ellos mismos. Y mientras contemplaban las ruinas de la civilización, sabían que tenían la oportunidad de crear un futuro mejor. El mundo puede haber sido destruido, pero Ellie y Quinn sabían que se tenían el uno al otro, y eso era todo lo que importaba. Sabían que mientras se tuvieran el uno al otro, podrían enfrentarse a cualquier cosa que el mundo les deparara.
Reseñas
Recomendaciones
