Air Force One Down: Aterrizaje Forzoso

Air Force One Down: Aterrizaje Forzoso

Trama

Como una joven y ambiciosa agente del Servicio Secreto, Kate Morse estaba lista para su primera misión a bordo del Air Force One. El avión del presidente era un símbolo del poder y el prestigio estadounidenses, y la oportunidad de proteger al comandante en jefe de cualquier daño era una oportunidad única en la vida para cualquiera en la agencia. Con años de riguroso entrenamiento y una mente aguda, Kate se sentía segura de que podría desempeñar sus funciones con facilidad. Pero poco sabía que su primera misión pondría a prueba no solo sus habilidades, sino también su capacidad para mantener la calma y pensar con rapidez en medio del caos. Kate había sido informada sobre los detalles del viaje del Presidente el día anterior. El presidente, junto con los líderes de varios países, se embarcaba en una visita a Ucrania para discutir un acuerdo energético que podría alterar el equilibrio de poder en el mundo. Con un acuerdo potencialmente valorado en miles de millones, el equipo de seguridad estaba en alerta máxima, sabiendo que una transacción tan importante atraería la atención no deseada de varios sectores. Cuando el avión despegó de la Base de la Fuerza Aérea Andrews, Kate se acomodó en su asiento, escaneando los pasillos en busca de cualquier señal de problemas. Sabía que era una misión de alto riesgo, pero había hecho sus deberes, estudiado los protocolos de seguridad y estaba más que preparada para cualquier eventualidad. El vuelo fue largo, y Kate aprovechó el tiempo para familiarizarse con la disposición del avión y los otros agentes apostados a su alrededor. El presidente, flanqueado por sus ayudantes y asesores, permaneció en el área del salón principal, accesible a través de un corredor privado desde la cabina principal. A la izquierda de Kate se sentaba un equipo de guardias de la Marina, siempre vigilantes y listos para entrar en acción a la menor señal de peligro. Enfrente de ella se sentaba su compañero, el agente veterano del Servicio Secreto Mark Thompson, un veterano duro y experimentado de innumerables misiones de alta presión. El intercambio entre ellos era alegre y fácil, un testimonio de la camaradería que solo provenía de trabajar estrechamente juntos en el campo. Mientras los asistentes de vuelo comenzaban a servir la comida principal, Kate vigilaba atentamente a los pasajeros en su área. Todos parecían relajados y amables, charlando y riendo entre ellos. No había señales de comportamiento sospechoso o amenazas potenciales. Cuando el servicio de comida concluyó y los pasajeros se estaban acomodando, Kate se excusó para tomar un café de la cocina. Entró en el estrecho pasillo, deteniéndose a mirar a su alrededor, asegurándose de que todos estuvieran todavía en sus asientos. Fue en ese momento, en ese instante fugaz, que Kate los vio: un pequeño grupo de hombres, acurrucados en las sombras, susurrando entre sí en tonos bajos y urgentes. El entrenamiento de Kate entró en acción de inmediato, y rápidamente calculó la distancia hasta el oficial de seguridad más cercano. Sabía que cualquier demora podría resultar fatal, y sus instintos le gritaban que actuara rápido. Cuando se acercó al grupo, el corazón de Kate latió con fuerza en su pecho. Ella mostró una sonrisa breve y discreta y asintió a Mark, su señal para alertarlo de que algo andaba mal. Era todo el tiempo que necesitaba para evaluarlos. Los hombres parecían ser un grupo diverso, una mezcla de caucásicos y gente del Medio Oriente, y su atuendo sugería que todos vestían el mismo traje, ocultando sus identidades. Sin llamar la atención sobre sí misma, Kate dio un paso más cerca, tratando de no sobresaltarlos. Pero el impulso que se había estado construyendo dentro del grupo pareció disiparse en un instante. El pánico se apoderó de ellos, y rápidamente se esforzaron por responder, su comportamiento escalando en un instante desde una discusión tranquila hasta gritos frenéticos. "¡Alerta, alerta! ¡Tenemos una situación!" La voz de Kate resonó por el sistema de intercomunicación, aguda e imperiosa. Sus ojos recorrieron la habitación, fijándose en el rostro de Mark, donde vio un reflejo especular de comprensión. El salón del Presidente cobró vida de repente, y Kate sintió la adrenalina corriendo por sus venas mientras la voz del presidente resonaba por el intercomunicador. "¿Qué está pasando, Kate? ¿Cuál es la situación?" Ella se mantuvo serena bajo presión, un testimonio de sus años de entrenamiento. Sus ojos se dirigieron a los secuestradores, escaneándolos por una fracción de segundo antes de fijarlos nuevamente en Mark. "Es un secuestro, señor Presidente", dijo, sus palabras goteando con helada calma. En una fracción de segundo, estalló el caos. Los secuestradores saltaron a la acción, arrebatando a algunos pasajeros de sus asientos, empujando a otros al suelo e irrumpiendo a través de la cabina principal para asaltar el salón. Los agentes apostados alrededor del avión entraron en acción, sus movimientos tácticos rápidos y precisos mientras chocaban con los secuestradores. En esa intensa vorágine arremolinada, Kate se vio dividida entre su deber de proteger al Presidente y su responsabilidad de ayudar a contener la amenaza. Su entrenamiento le dijo que su prioridad era el Presidente, pero su instinto le gritó que derribara a los secuestradores. Fue entonces, cuando todo parecía perdido, que Kate vio su oportunidad. Aprovechó una breve ventana de oportunidad para entrar en acción, abordando al jefe de los secuestradores y sujetándolo al suelo de la cabina mientras Mark se acercaba por detrás, con su pistola tranquilizante apuntando al líder del grupo. Los secuestradores estaban ahora en completa retirada, luchando a través de los pasillos del avión en una desesperada apuesta por escapar. Kate echó un rápido vistazo a Mark y asintió en una señal cortante, indicándole que se cubriera mientras ella reunía a los pasajeros restantes y los escoltaba a un lugar seguro. Con cada segundo que pasaba, el salón del Presidente permaneció seguro, gracias en gran parte a la valentía de Kate y la oportuna intervención de Mark. Juntos, habían frustrado el secuestro, protegiendo no solo la vida del Presidente, sino también evitando que se desarrollara una crisis global. El informe posterior a la acción sobre la milagrosa huida del Air Force One del peligro fue recibido con elogios generalizados, elogiando la excepcional valentía de Kate, sus agudos instintos y su impresionante rapidez de pensamiento. Para Kate Morse, esta misión de alto riesgo marcó el comienzo de una legendaria carrera en el Servicio Secreto, solidificando su reputación como una de las agentes más valientes y capacitadas de la agencia.

Air Force One Down: Aterrizaje Forzoso screenshot 1
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Reseñas