Evangelios del Armagedón

Trama
En las costas envueltas en niebla de la antigua Bretaña, una marea enigmática trae consigo una colección de seres dispares, semejantes a dioses, de reinos desconocidos. Estas entidades poderosas, imbuidas de esencia divina y ligadas a mitologías olvidadas, llegan a las playas arenosas como madera a la deriva, desgastadas por el implacable golpe del mar. Sus cuerpos, formados a partir de una mezcla de carne humana y las energías primigenias de lo divino, llevan las cicatrices de batallas no recordadas y conflictos antiguos. Mientras luchan por recuperar el equilibrio en este mundo extraño y nuevo, se dan cuenta de su entorno y de la presencia de Albion, un monstruoso gigante dormido, un símbolo de la tierra misma, sepultado bajo la tierra. Los dioses refugiados, cargando con el peso de un pasado olvidado, sienten una conexión inquebrantable con este gigante dormido y el sagrado Grial, un recipiente de gran poder y significado espiritual, perdido durante siglos. Su búsqueda comienza con la comprensión de que el letargo de Albion es un resultado directo de que el alma de Inglaterra sucumbe a la oscuridad y al odio. Una tierra que alguna vez fue vibrante ahora se tambalea al borde del colapso, a medida que se desmorona el tejido de su sociedad. Los dioses, encargados de salvar su nuevo hogar, deben navegar por las complejidades de la historia humana, enfrentando los ecos de antiguas rivalidades, guerras tribales y tradiciones olvidadas. Gwyn, un guerrero robusto y curtido en la batalla, emerge primero de las olas. Su cuerpo, una fusión de fuerza mortal y poder divino, está marcado por cicatrices que hacen eco de las épicas batallas de antaño. Mientras Gwyn explora el paisaje desconocido, se encuentra con otros miembros de su parentela refugiada: la enigmática Eira, una guerrera etérea con una voluntad de hierro y un corazón tan frágil como una pluma; Cern, un gigante corpulento, forjado en el corazón de la tierra y bendecido con el poder de curar; y Mab, el embaucador, un dios astuto y travieso, capaz de tejer ilusiones y engaños que doblan la realidad. Juntos, se embarcan en un peligroso viaje para despertar a Albion de su letargo y recuperar el Grial. Su odisea está plagada de desafíos: navegar por los caminos laberínticos del mito y la historia, enfrentarse a fuerzas malévolas que buscan reclamar el Grial para sí mismas y enfrentarse a la oscuridad dentro de sí mismos. En el camino, conocen a un puñado de aliados humanos: una joven y feroz guerrera-sacerdotisa llamada Aine, que comprende el significado del Grial y la importancia de su búsqueda; un astuto ladrón llamado Eamon, que proporciona información valiosa sobre el funcionamiento de la política humana y las maquinaciones de aquellos que buscarían reclamar el Grial para sí mismos; y una vidente ciega enigmática llamada Morwen, que posee una profunda comprensión de las fuerzas místicas que dan forma al mundo. A medida que los dioses y los mortales se adentran en el corazón de Inglaterra, se encuentran con los restos de civilizaciones antiguas, los ecos de grandes batallas y los susurros de secretos olvidados. El aire se espesa con una energía de otro mundo, a medida que la atracción gravitacional del Grial los acerca. Sin embargo, su búsqueda no está exenta de costos. Con cada paso, los límites entre sus seres divinos y mortales comienzan a desdibujarse, amenazando con desentrañar el tejido mismo de su existencia. Deben enfrentar la oscuridad dentro de sí mismos, para que no los consuma por completo y haga que su búsqueda sea inútil. Al final, es Gwyn quien debe tomar la decisión final: ejercer el poder del Grial, potencialmente salvando a Inglaterra del borde del colapso, pero arriesgando la propia alma de la tierra y la esencia de su propio ser. Mientras Albion se agita, su forma masiva comienza a elevarse de la tierra, Gwyn se mantiene preparado, con el Grial en la mano, listo para desatar su poder. En ese momento, el destino de Inglaterra pende de un hilo: ¿el poder del Grial despertará una nueva era de paz y prosperidad, o desatará una fuerza cataclísmica que consumirá todo a su paso? Los dioses, refugiados en un mundo que no es el suyo, se erigen como los guardianes de este precario equilibrio, su propia existencia es un testimonio del poder del mito y la leyenda para dar forma al mundo que los rodea.
Reseñas
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