Deadguy: Killing Music

Deadguy: Killing Music

Trama

Deadguy: Killing Music es un documental que profundiza en el enigmático mundo de la efímera banda de hardcore punk Deadguy. Formada a finales de la década de 1980, la existencia de la banda fue fugaz, pero su impacto en la escena musical perduró mucho después de su disolución. El corazón de la película es la historia del álbum de la banda de 1993 "Fixation on a Coworker", un álbum que se convertiría en un clásico de culto. El documental comienza presentando al oyente el mundo de los primeros días de la banda, mostrando fotografías y vídeos nunca vistos que capturan la energía y la intensidad de las actuaciones en directo de la banda. Estas escenas crudas y a menudo caóticas se yuxtaponen con entrevistas a los miembros de la banda, cada uno de los cuales recuerda el meteórico ascenso a la fama de la banda. El bajista Kevin Brady es el primero en compartir su perspectiva sobre los primeros días de la banda, recordando el momento que inspiró la formación de la banda: una sensación compartida de desilusión con la escena musical主流 y un deseo de crear algo crudo, honesto y sin complejos. El batería Matt Bullins se hace eco de este sentimiento, describiendo los primeros espectáculos de la banda como "un caos completo y absoluto: éramos como un torbellino de agresión, estrellándonos contra estos pequeños clubes y dejando un rastro de destrucción a nuestro paso". Estos primeros días estuvieron marcados por las intensas actuaciones en directo de la banda, que les valieron notoriedad y un fiel seguimiento entre la comunidad hardcore punk. El hermano del guitarrista Kevin Brady, Scott Brady, también miembro de la banda, describe los primeros conciertos de la banda como "una locura absoluta: hacíamos estos pequeños espectáculos y volábamos el techo por completo, dejando al público asombrado". Sin embargo, fue durante este período que las tensiones dentro de la banda comenzaron a hervir a fuego lento, preparando el escenario para su eventual desaparición. El teclista Matt "Biscuit" Dwyer recuerda que la dinámica de la banda estaba marcada por una lucha constante entre sus miembros más experimentados y más imprudentes, que a menudo superaban los límites de lo que se consideraba aceptable. El bajista Kevin Brady está de acuerdo, afirmando que "éramos jóvenes, imprudentes y estábamos completamente fuera de control". El documental también arroja luz sobre el trabajo de estudio de la banda, mostrando tomas falsas y material inédito nunca vistos que subrayan la dedicación de la banda a su oficio. El ingeniero de sonido, John Naclerio, recuerda las sesiones de grabación de la banda como "un torbellino de creatividad y energía" y recuerda que "Fixation on a Coworker" se grabó en un estudio estrecho y caótico del East Village. A medida que avanza el documental, la tensión y la fricción dentro de la banda llegan a un punto crítico, lo que finalmente conduce a su desaparición. El batería Matt Bullins describe la tensión como un "barril de pólvora" y que "en algún momento, simplemente explotó". El teclista Biscuit recuerda que "todos nos sentíamos insatisfechos, no veíamos ningún futuro con la banda, y todos empezamos a alejarnos". A pesar de su breve permanencia, la música y el legado de Deadguy continúan inspirando e influyendo en los fans hasta el día de hoy. El guitarrista Scott Brady afirma que "la música sigue ahí, sigue resonando y eso es lo que importa". En las escenas finales del documental, los miembros de la banda se reúnen una vez más para recordar su tiempo juntos y reflexionar sobre el poder perdurable de "Fixation on a Coworker". En última instancia, Deadguy: Killing Music es un testimonio de la banda que podría haber sido y que, en muchos sentidos, nunca llegó a ser. Sin embargo, incluso en su breve existencia, dejaron una huella imborrable en el mundo de la música y "Fixation on a Coworker" sigue inspirando y dando forma a las futuras generaciones de fans y músicos por igual.

Deadguy: Killing Music screenshot 1

Reseñas