Ascuas en el Bosque

Trama
Connie, una mujer de mediana edad, había estado deseando pasar tiempo de calidad con su sobrina Shayna en lo profundo del bosque, lejos del ajetreo y el bullicio de la vida de la ciudad. Había planeado una escapada relajante a una cabaña, llena de caminatas, pesca y momentos de unión que crearían recuerdos para toda la vida para Shayna. Sin embargo, su viaje idílico estaba a punto de dar un giro drástico. Sin que Shayna lo supiera, el oscuro pasado de Connie estaba a punto de alcanzarla. Su ex marido, Tom, tenía un historial de violencia y abuso, y Connie finalmente había encontrado el coraje para dejarlo. Sin embargo, su partida también había provocado un ciclo de venganza y acoso por parte de Tom, que no se detendría ante nada para hacerle la vida miserable. Mientras Connie empacaba el coche para su viaje, recibió un mensaje de texto de su sobrina, informándole de que no podría acompañarla después de todo. Shayna tenía otros compromisos de los que no podía salir, y Connie estaba decepcionada pero comprensiva. Sintiéndose un poco perdida, Connie decidió hacer el viaje sola, con la esperanza de que la soledad y el entorno tranquilo fueran justo lo que necesitaba para escapar del estrés de su pasado reciente. El viaje en coche a la cabaña fue largo y sinuoso, pero Connie estaba deseando disfrutar de la tranquilidad del bosque. Llegó a la cabaña a primera hora de la tarde y pasó un tiempo instalándose, poniéndose cómoda y desempaquetando sus maletas. Cuando el sol comenzó a ponerse, Connie sintió una sensación de paz que la invadió, y por primera vez en lo que pareció una eternidad, se sintió verdaderamente sola, y libre. Sin embargo, cuando la noche comenzó a caer, Connie empezó a escuchar ruidos extraños fuera de la cabaña. Al principio, los descartó como los sonidos habituales del bosque, pero a medida que los ruidos se hacían más fuertes y persistentes, Connie se dio cuenta de que alguien, o algo, estaba fuera de su cabaña. Con cautela, se dirigió a la ventana y miró a la oscuridad. Fue entonces cuando la vio: una joven, vestida con unos vaqueros rotos y una camiseta deshilachada, tropezando entre la maleza como un alma perdida. Los ojos de la mujer estaban fijos en la cabaña, y Connie pudo sentir una desesperación que emanaba de ella. Sin dudarlo, Connie agarró su linterna y salió corriendo para encontrarse con la mujer. Se acercó con cautela, sin saber qué esperar, pero los ojos de la mujer se iluminaron en cuanto vio a Connie. "¡Gracias a Dios!" exclamó la mujer, con la voz temblorosa por la emoción. "He estado atrapada aquí afuera durante horas. No sé cuánto más podría haber aguantado". Los instintos de Connie se activaron, y rápidamente acompañó a la mujer de vuelta a la cabaña, donde le preparó una taza de té caliente y escuchó su historia. La mujer, que se llamaba Rachel, explicó que se había perdido en el bosque durante una excursión en solitario. Sin señal de teléfono y sin provisiones, se había visto obligada a pasar la noche en la naturaleza, acurrucada en su saco de dormir para mantenerse caliente. Mientras Connie escuchaba la historia de Rachel, no pudo evitar sentir una punzada de empatía. Ella también sabía lo que era estar pérdida y sola en el bosque, sentir que todo el mundo estaba en su contra. Las dos mujeres conectaron rápidamente por sus experiencias compartidas, y Connie se sinceró con Rachel de una manera que nunca creyó posible. A medida que avanzaba la noche, Connie se dio cuenta de que Rachel no era una excursionista cualquiera. Había algo problemático en ella, algo que iba más allá de perderse en el bosque. Los ojos de Rachel parecían atormentados por algún dolor oculto, y Connie sospechaba que había algo más en su historia de lo que estaba contando. A pesar de sus reservas, Connie decidió dejar que Rachel se quedara en la cabaña por la noche. Mientras estaban sentadas junto al fuego, bebiendo té e intercambiando historias, Connie comenzó a ver un rayo de esperanza en los ojos de Rachel, la sensación de que estaba empezando a curarse de las heridas que le habían infligido. Pero a medida que avanzaba la noche, Connie no podía quitarse de encima la sensación de que se estaba metiendo en camisa de once varas. El pasado de Rachel comenzaba a desmoronarse, hilo por hilo, y Connie se estaba quedando atrapada en la red de oscuridad que la rodeaba. Mientras el viento aullaba afuera y los árboles crujían y gemían, Connie se preguntó si acababa de cometer un terrible error, uno que pondría en riesgo su propia seguridad y tranquilidad. Lo que no sabía era que las fuerzas oscuras de su propio pasado se estaban acercando, y Connie pronto se encontraría luchando por sobrevivir contra viento y marea. Con Rachel a su lado, deberá confrontar a los demonios que la han atormentado durante tanto tiempo y enfrentarse a la oscuridad de frente. En las profundidades del bosque, donde el único sonido es el susurro de las hojas y el crujido de las ramitas, Connie y Rachel descubrirán una fuerza que nunca supieron que tenían, y un vínculo que las cambiará para siempre.
Reseñas
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