Fahrenheit 9/11

Fahrenheit 9/11

Trama

Fahrenheit 9/11 es un documental dirigido por Michael Moore, estrenado en 2004. La película es una crítica mordaz a la administración Bush, que se centra en su manejo de las secuelas de los ataques terroristas del 11 de septiembre y las posteriores guerras en Afganistán e Irak. Moore explora los eventos que llevaron al 11 de septiembre, los propios ataques y la respuesta de la administración, que, según él, fue impulsada por el deseo de poder y control en lugar de una preocupación genuina por la seguridad nacional. Moore comienza destacando las conexiones personales entre el presidente George W. Bush y la familia bin Laden, en particular la estrecha amistad de su padre con el hermano de Osama bin Laden, Salem bin Laden. Esta relación se utiliza para arrojar dudas sobre las motivaciones de la administración y para cuestionar si Bush era, de hecho, consciente de la amenaza inminente que representaba al-Qaeda antes del 11 de septiembre. Moore también señala que la administración Bush había recibido advertencias sobre posibles ataques террористические акты y que el presidente había sido informado sobre el tema, pero que no tomó las medidas adecuadas para prevenir los ataques. La película luego cambia su enfoque a las secuelas del 11 de septiembre, donde Moore argumenta que la administración utilizó la tragedia como pretexto para lanzar guerras en Afganistán e Irak. Sugiere que las guerras no se trataban de seguridad nacional o de proteger al país del terrorismo, sino más bien de promover los intereses de la política exterior estadounidense y asegurar el acceso a los recursos petroleros. Moore señala el hecho de que la primera prioridad de Bush fue enviar tropas a Arabia Saudita, un país clave productor de petróleo y una nación con una importancia estratégica significativa, en lugar de responder a los propios ataques. Moore también examina el papel del petróleo en las guerras, destacando las conexiones entre la administración, las compañías petroleras y el Medio Oriente. Visita varios lugares de la región, incluidos Arabia Saudita, Kuwait e Irak, y habla con gente común, expertos y funcionarios gubernamentales para recopilar información sobre la influencia de la industria petrolera en la política exterior estadounidense. Señala que Estados Unidos ha dependido durante mucho tiempo de las importaciones de petróleo y que la política de la administración en el Medio Oriente fue diseñada para asegurar este recurso vital. El enfoque de la película luego se centra en la guerra de Irak, donde Moore argumenta que las afirmaciones de la administración sobre las armas de destrucción masiva (ADM) y los vínculos con al-Qaeda fueron inventadas. Presenta evidencia, incluidos documentos desclasificados y testimonios de expertos, para respaldar esta afirmación. Moore también destaca el costo humano de la guerra, presentando entrevistas con iraquíes comunes que sufrieron bajo la ocupación y soldados estadounidenses que fueron traumatizados por sus experiencias en Irak. Uno de los aspectos más impactantes de Fahrenheit 9/11 es su uso de historias personales y conexiones emocionales para resaltar el costo humano de las guerras. Moore pasa tiempo con una familia que perdió a un hijo en la guerra de Irak, y con un exsoldado que está lidiando con el trastorno de estrés postraumático (TEPT). También visita un pueblo en Pensilvania que se vio afectado por los ataques del 11 de septiembre, donde descubre que muchos de los residentes se muestran escépticos ante la narrativa oficial y cuestionan las verdaderas motivaciones detrás de las guerras. A lo largo de la película, Moore participa en una serie de apartes ingeniosos y satíricos, a menudo utilizando el humor para resaltar los absurdos y las inconsistencias en las políticas de la administración. También realiza varias entrevistas con altos funcionarios de la administración, incluido el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el Vicepresidente Dick Cheney, pero la naturaleza de confrontación de estos intercambios solo sirve para reforzar la crítica de Moore a la administración. Fahrenheit 9/11 fue un éxito de crítica y comercial, recibiendo cuatro nominaciones a los Premios de la Academia y ganando uno al Mejor Largometraje Documental. El impacto de la película fue significativo, generando un debate nacional sobre las políticas de la administración Bush y las guerras en Afganistán e Irak. Si bien los argumentos de la película han sido disputados por algunos críticos, su mensaje central sobre la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas en el gobierno continúa resonando en la actualidad. En los años transcurridos desde el lanzamiento de la película, muchos de los eventos y conexiones destacados por Moore han sido corroborados por investigaciones e informes posteriores. El Informe de la Comisión del 11-S reconoció que la administración Bush había recibido advertencias sobre posibles ataques terroristas, y el Archivo de Seguridad Nacional ha desclasificado documentos que muestran que la administración había discutido la posibilidad de un ataque terrorista utilizando aviones secuestrados desde 2001. Hoy, Fahrenheit 9/11 sigue siendo una poderosa acusación de las políticas de la administración Bush y un testimonio del compromiso inquebrantable de Michael Moore de hacer que aquellos en el poder rindan cuentas. La película sirve como un recordatorio de la importancia del pensamiento crítico, la alfabetización mediática y el compromiso cívico en una sociedad democrática, y continúa inspirando a nuevas generaciones de activistas, artistas y ciudadanos a denunciar la injusticia y la desigualdad.

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Reseñas