Hierbas Errantes

Hierbas Errantes

Trama

Hierbas Errantes es una película dramática japonesa de 1959 escrita y dirigida por Yasujirō Ozu, un reconocido cineasta japonés conocido por sus representaciones contemplativas y matizadas de la vida familiar y social. Ambientada en un pueblo rural rodeado por el mar, la película está libremente basada en una obra de teatro de 1934 de Munehisa Iwata, también titulada Hierbas Errantes, que a su vez se inspira en una novela de 1934 del célebre escritor japonés, Yasunari Kawabata. La historia tiene lugar en la región rural de Kyushu en Japón, donde una compañía de teatro dirigida por Komajuro (interpretado por Genjiro Aratsu) establece una residencia temporal para sus presentaciones de verano. Komajuro, un carismático y envejecido actor de teatro, tiene la reputación de ser un maestro actor, así como un mujeriego. Sus ojos se posan en Kokiu (interpretada por Haruko Sugimura), una viuda de mediana edad que vive en un pueblo local con su hija, Noriko (interpretada por Chieko Higashiyama). La escena está lista para un encuentro romántico que podría cambiar el curso de sus relaciones y las vidas de quienes los rodean. Kokiu, que una vez fue actriz de la compañía de Komajuro, hace mucho que dejó el mundo del teatro y se instaló en la vida doméstica con su familia. Ahora es viuda y debe cuidar de su joven hija después de la muerte prematura de su esposo. La llegada de Komajuro reaviva recuerdos de relaciones pasadas, particularmente su romance con Kokiu. Mientras viaja por la ciudad con su compañía, Komajuro busca a su antiguo amor, con la esperanza de reavivar la pasión que una vez compartieron. Sin que él lo sepa, Kokiu tiene una hija que se parece mucho a su madre. Noriko, la joven hija, comparte un asombroso parecido con el antiguo amor de Komajuro, Kokiu. Komajuro ignora la ascendencia de Noriko y, en cambio, interpreta la presencia de la joven como una coincidencia. Este encuentro casual enciende una cadena de eventos, ya que Komajuro, sin darse cuenta, pone en marcha una serie de consecuencias inesperadas que amenazan con perturbar la vida de quienes lo rodean. A medida que Komajuro pasa más tiempo con Noriko y Kokiu, se siente cada vez más encantado por la joven, a quien ve como un alma gemela. Mientras tanto, Kokiu lucha por aceptar las implicaciones de la presencia de Komajuro y los secretos que revela sobre su pasado. El interés romántico de Komajuro en Kokiu se reaviva, pero está claro que se siente más atraído por la idea de tener una hija que por aceptar la verdad sobre la ascendencia de Noriko. La compañía de Komajuro está compuesta por un grupo de personas que se sienten atraídas por él por una mezcla de admiración y dependencia. Los miembros de la compañía le brindan a Komajuro una tregua temporal del peso de sus recuerdos y relaciones. Sin embargo, es a través de sus interacciones con Kokiu y Noriko que Komajuro se enfrenta a la realidad de su propia existencia. La decisión de Komajuro de entablar una relación romántica con Kokiu tiene un costo devastador: la vida de Noriko se ve alterada para siempre por la presentación de su padre biológico, quien se convierte en una parte integral de sus vidas. Esta decisión amenaza con alterar la percepción que Noriko tiene de sí misma, particularmente a la luz de los esfuerzos de su madre por protegerla de la verdad sobre la identidad de su padre. A medida que el verano llega a su fin, la compañía de Komajuro se prepara para dejar la ciudad. El costo emocional de su visita se hace cada vez más evidente, ya que los personajes deben enfrentar la realidad de sus relaciones y las decisiones que han tomado. Al final, Komajuro se queda reflexionando sobre las consecuencias de sus acciones, consciente de que ha alterado irreparablemente la vida de aquellos a quienes ama. El conmovedor retrato de Yasujirō Ozu de un hombre que envejece lidiando con sus relaciones pasadas y lazos familiares sirve como una poderosa exploración de la jerarquía social japonesa y los roles cambiantes de las mujeres dentro de la sociedad patriarcal de la época. Las acciones de Komajuro son impulsadas por una mezcla de nostalgia y arrepentimiento, lo que revela las complejidades de las relaciones humanas y las líneas a menudo borrosas entre la verdad y la ficción. En Hierbas Errantes, Ozu entrelaza hábilmente una narrativa que es tanto un retrato matizado de la vida social japonesa como una poderosa exploración de las complejidades del corazón humano.

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Reseñas

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