Qué terrible es lo de Allan

Trama
"Qué terrible es lo de Allan" es una película de suspense estadounidense de 1970 dirigida por Curtis Harrington, basada en una historia original de Theodore Sturgeon. La historia gira en torno a Allan Saxon (interpretado por Anthony Perkins), que ha estado viviendo en una institución mental durante ocho largos meses debido a una serie de episodios perturbadores en su vida. La hermana de Allan, Marcia (interpretada por Princess Farahan), es una persona cariñosa y sobreprotectora que ha estado a su lado durante toda su terrible experiencia. Cuando Allan sale de la institución, Marcia le da la bienvenida a casa con los brazos abiertos. Ella cree que el aislamiento y la soledad de la institución contribuyeron a la caída de Allan, y que vivir con ella le ayudará a recuperarse. Marcia ha convertido su gran casa victoriana en una casa de huéspedes para pagar las facturas y llegar a fin de mes, y Allan duda inicialmente en vivir bajo el mismo techo que los demás huéspedes. Sin embargo, cuando un huésped misterioso y siniestro llamado James (interpretado por Roddy McDowall) se muda, la vida de Allan da un giro drástico. A pesar de sus reservas iniciales, Marcia queda encantada con el comportamiento amistoso de James, y Allan pronto se siente incómodo y amenazado por la presencia del hombre. A medida que Allan comienza a notar el comportamiento peculiar de James, se vuelve cada vez más paranoico, sintiendo que James está tratando de matarlo. La trama central de la película está impulsada por la dinámica compleja e intrigante entre Allan, Marcia y James. Mientras Marcia trata de ayudar a su hermano a superar sus demonios, la creciente obsesión de Allan con James le dificulta discernir la realidad de su propia imaginación paranoica. Las líneas entre el bien y el mal comienzan a difuminarse, lo que dificulta a los espectadores determinar si James está genuinamente buscando dañar a Allan o si la propia inestabilidad mental de Allan simplemente está exacerbando la situación. Uno de los aspectos más llamativos de "Qué terrible es lo de Allan" es su exploración de temas como la enfermedad mental, la paranoia y la confusión de la realidad. El uso de simbolismo y metáforas en la película también es digno de mención, particularmente en la forma en que el frágil estado mental de Allan se refleja en su entorno. La mansión en ruinas, las velas parpadeantes y la atmósfera opresiva contribuyen a una sensación de claustrofobia e inquietud, subrayando la creciente desesperación y desconexión de Allan del mundo que le rodea. A lo largo de la película, la tensión aumenta constantemente, creando una sensación de anticipación y suspense. Las actuaciones del reparto son encomiables, particularmente Anthony Perkins, quien aporta una profundidad y vulnerabilidad únicas a su interpretación de Allan. Perkins ya era un actor consolidado cuando interpretó el papel principal en esta película, habiendo obtenido un amplio reconocimiento por su icónica interpretación de Norman Bates en "Psicosis" de Alfred Hitchcock. Su actuación en "Qué terrible es lo de Allan" muestra su rango y versatilidad, aportando un nivel de matiz y sensibilidad al personaje que hace que sea imposible apartar la mirada. El estilo visual de la película es otro aspecto destacado, con la dirección de Curtis Harrington creando una atmósfera inquietante e inquietante. Harrington fue un maestro del género, habiendo dirigido una variedad de películas de terror clásicas a lo largo de su carrera, y su atención al detalle da vida a "Qué terrible es lo de Allan" de una manera que es a la vez cautivadora e inquietante. El uso de sombras, iluminación y composición está hábilmente ejecutado, creando un ambiente opresivo y premonitorio que atrae al espectador y se niega a soltarlo. En conclusión, "Qué terrible es lo de Allan" es un thriller apasionante y emocionalmente cargado que explora el mundo complejo y, a menudo, perturbador de la enfermedad mental. Con su dirección expertamente elaborada, sus destacadas interpretaciones y sus temas que invitan a la reflexión, esta película es imprescindible para los fanáticos del género. A pesar de ser una obra menos conocida, "Qué terrible es lo de Allan" se ha ganado su lugar en el panteón de las películas de terror clásicas, ofreciendo una experiencia de visualización inquietante e inolvidable que permanecerá en la memoria del público mucho después de que terminen los créditos.
Reseñas
Recomendaciones
