Jarhead: El infierno espera

Trama
Jarhead: El infierno espera, una película semi-autobiográfica de William Broyles Jr. y dirigida por Sam Mendes, profundiza en la vida del marine estadounidense Anthony Swofford, interpretado por Jake Gyllenhaal, durante la Guerra de Iraq. Swofford, que todavía está tratando de equilibrar su identidad entre su personaje de marine y su yo civil, se somete al implacable campo de entrenamiento, que lo prepara a él y a sus compañeros reclutas para la agotadora guerra que se avecina. Cuando Swofford ingresa al Cuerpo de Marines, enfrenta interminables desafíos mentales y físicos. Los instructores de instrucción lo llevan al límite, inculcándole la importancia de la disciplina y el trabajo en equipo dentro de la jerarquía del Cuerpo de Marines. Desarrolla relaciones cercanas con compañeros marines como el amigo de Swoff, Troy, interpretado por Peter Sarsgaard, quien se convierte en una fuente de apoyo emocional para él. Sin embargo, su entusiasmo y anticipación iniciales por enfrentarse a los combatientes enemigos dan paso rápidamente al aburrimiento, el aislamiento y la frustración. Después de someterse a un riguroso entrenamiento, Swofford y su unidad son enviados al Golfo Pérsico en respuesta a la invasión de Kuwait por parte de Irak. A medida que toman posiciones en el vasto y arenoso paisaje desértico de Arabia Saudita, permanecen en espera, anticipando ansiosamente una batalla que nunca se materializa. Su función es proporcionar apoyo de fuego a las tropas terrestres, pero las fuerzas de la coalición nunca penetran en territorio iraquí. En ausencia de cualquier acción, el estado mental de Swofford comienza a deteriorarse aún más. Su ansiedad por estar separado de su esposa, una enfermera en una base militar estadounidense cercana, se intensifica. La comunicación con su esposa es limitada y la posibilidad de que ella lo engañe con un colega marine, Linder, echa leña al fuego de la agitación emocional de Swofford. Sus sentimientos de aislamiento y soledad se ven agravados por estar a kilómetros de distancia de la mujer que dice amar. A medida que pasan los días, aumentan las tensiones dentro de la unidad debido a la falta de un compromiso o propósito significativo. Swofford y sus camaradas se involucran en actividades triviales como ver películas, hacer bromas y disfrutar de diversas formas de entretenimiento. Sin embargo, la monotonía de su situación pronto comienza a erosionar su camaradería y disciplina. Surgen conflictos y los problemas de salud mental de los soldados se hacen evidentes. Con el paso del tiempo, Swofford se obsesiona cada vez más con quitar una vida y, por lo tanto, lograr la máxima experiencia de marine. Su agitación interna se alimenta de su deseo de validación por parte de sus compañeros soldados. Su obsesión es tan intensa que comienza a verse a sí mismo como un guerrero, listo para enfrentarse al enemigo. Cuando surge la oportunidad de matar, Swofford sigue inseguro y lucha por reconciliar su yo civil con su personaje de marine. La película plantea preguntas profundas sobre los efectos psicológicos del conflicto prolongado en quienes luchan, y retrata la Guerra del Golfo a través de los ojos de un individuo que se encuentra dividido entre la lealtad a su país y la necesidad de demostrar su valía como un guerrero capaz. A través de su retrato de la agitación interna de Swofford, Jarhead: El infierno espera destaca las complejidades y vulnerabilidades de los soldados atrapados en medio de la guerra. La película termina abruptamente, sin proporcionar una sensación de cierre para Swofford, sino que refleja la incertidumbre y el caos que caracteriza la experiencia de tantos soldados que lucharon en la guerra.
Reseñas
Sadie
It's good that no one died, but the ending is truly frustrating. They didn't even get to kill anyone.
Julian
A very different but very real war movie, about those soldiers who never fired a shot in the war. The soundtrack is bold. The cinematography is beautiful, and I noticed it was Roger Deakins at the end! (Nice one, hooking up with your future brother-in-law must have been quite the experience!)
Jack
During the Brokeback Mountain days, I didn't realize how ripped this guy was.
Zoe
Deakins' cinematography is explosive: low-contrast, yellow sand blanketing the daylight scenes in pallor, and high-contrast oil well flames painting the night sky crimson. From enlistment to discharge, a sense of despondency pervades. A war fought without firing a shot further fuels doubts about the meaning of it all. However, the overall selection and stitching together of the material lacks urgency, failing to fully exploit the absurd texture of military life and wartime existence.
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