Juana de Arco

Trama
En el devastado paisaje de la Francia del siglo XV, las secuelas de la Guerra de los Cien Años dejan a la que fuera una gran nación hecha trizas. El reino de Inglaterra, liderado por el despiadado rey Enrique VI, ha devastado prácticamente la campiña francesa, dejando a su pueblo indigente y desesperanzado. En este sombrío contexto, una joven y extraordinaria muchacha emerge con una llamada divina que sacudirá los cimientos de la Cristiandad. Juana de Arco, una joven campesina pobre pero enérgica de catorce años del pueblo de Domremy, empieza a oír la inconfundible voz de Dios, que la insta a tomar el manto de la liberación de su tierra natal. Los mensajes celestiales son inquebrantables y claros, dictando cada uno de sus movimientos y alimentando su espíritu inquebrantable. Convencida de que ha sido elegida por la divinidad para desempeñar un papel fundamental en la salvación de Francia, Juana emprende un peligroso viaje a la ciudad de Vaucouleurs, donde se reunirá con Robert de Baudricourt, el comandante de la guarnición. Al principio, el escéptico líder desestima las afirmaciones de Juana, dudando de la veracidad de sus encuentros divinos. Sin embargo, tras ser testigo de su inquebrantable convicción y de la precisión profética de sus visiones, se ve obligado a ayudarla en su viaje a la corte de Carlos VII, el enfermizo rey de Francia. Aquí es donde la determinación de Juana, junto con su extraordinario don de guía divina, transformará el curso de la historia. A su llegada a la corte real, la reputación de Juana como vidente se extiende rápidamente, llamando la atención del cínico pero poderoso Carlos de Alençon, un consejero de confianza del rey. Se siente intrigado por la joven campesina y se convence de su credibilidad, a pesar de las reservas del clero de la corte, que cuestiona su autenticidad y la verdadera naturaleza de sus revelaciones divinas. La inquebrantable resolución y fe de Juana siguen guiándola a través del traicionero panorama de la política cortesana, mientras afirma valientemente su convicción de su misión divina de coronar a Carlos VII como el legítimo rey de Francia. Su inquebrantable confianza, impulsada por su fuerte fe y sus convicciones, convence gradualmente a los principales partidarios, incluido Carlos de Alençon, para que se unan a su causa. A medida que la influencia de Juana se extiende, el pueblo francés la venera cada vez más por su inquebrantable fe y la precisión profética de sus visiones. Reuniendo un ejército de soldados franceses, pone sus ojos en la ciudad asediada de Orleans, un bastión que ha sido atacado implacablemente por las fuerzas inglesas. El pueblo de Orleans está al borde de la desesperación, atrapado entre las murallas de la ciudad mientras el ejército inglés se acerca, y parece que toda esperanza está perdida. Sin dejarse intimidar por las nefastas perspectivas, Juana de Arco lidera el ejército de soldados franceses en una serie de batallas épicas contra las fuertemente fortificadas fuerzas inglesas. Su guía divina, junto con su inquebrantable resolución, demuestran ser la clave de sus victorias, ya que rompen las defensas de la ciudad y el ejército inglés se ve obligado a retirarse. Con la ciudad de Orleans finalmente asegurada, el camino hacia la coronación de Carlos VII se vuelve cada vez más claro. Cuando el rey de Francia, Carlos VII, reconoce el papel de Juana en su coronación, toda la nación empieza a unirse en torno a su líder ungida, impulsada por su guía divina. En un acto de fe, el Rey concede su bendición a la muchacha que ha cambiado el curso de la historia, y parece que ocupará para siempre su lugar en los anales de la historia. Sin embargo, este glorioso logro es efímero. El ascenso de Juana a la prominencia nacional no está exento de oponentes. Cuando regresa a Domremy, su pueblo natal, después de haber sido galardonada con el rango de capitana del ejército, las voces en su cabeza se silencian y empieza a cuestionar su fe. Este período de dudas marca el principio de su caída.
Reseñas
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