Ariane

Trama
Ariane, una película estadounidense de comedia romántica de 1957 dirigida por Billy Wilder, sigue la historia de una joven estudiante de conservatorio de espíritu libre llamada Ariane Dacier, interpretada por Audrey Hepburn, que se abre camino a través de las complejidades del amor en el sofisticado mundo de la alta sociedad parisina. Ariane es una mujer joven hermosa y encantadora con un espíritu vibrante, y ha crecido escuchando a su madre, Madame Dacier, interpretada por la esposa de Claude Chabrol, Stéphane Audran, contar historias sobre las complejidades del amor. La sabiduría y las experiencias de Madame Dacier como cortesana han inculcado en Ariane un cierto nivel de comprensión sobre la naturaleza del amor y las relaciones. Sin embargo, a pesar de su conocimiento y madurez más allá de sus años, Ariane todavía anhela experimentar el amor en todas sus formas. Mientras tanto, Frank Flannagan, interpretado por Gary Cooper, es un hombre mayor maduro y hastiado del mundo que ha hecho carrera siendo un hombre de mujeres. La reputación de Frank le precede, y su naturaleza encantadora y seductora le ha valido la atención de mujeres de todos los ámbitos de la vida. A pesar de sus experiencias y las muchas conquistas románticas que ha tenido, Frank todavía anhela algo más, algo genuino y algo que vaya más allá de la simple atracción física. Cuando Ariane y Frank se conocen, la atracción inicial es innegable. Ariane se siente atraída por la sabiduría, el encanto y la experiencia de Frank, mientras que Frank queda cautivado por la juventud, la belleza y la inocencia de Ariane. Ambas partes quedan inmediatamente prendadas y empiezan a চারপাশে cada uno, navegando cuidadosamente por las complejidades de su incipiente relación. Sin embargo, a medida que avanza su aventura romántica, la realidad de sus situaciones se hace evidente. Frank es un hombre casado con una esposa en los Estados Unidos, mientras que Ariane es una estudiante universitaria con toda su vida por delante. Las normas y expectativas sociales de sus respectivos mundos pesan mucho en su relación, obligándolos a enfrentar las duras realidades de su aventura amorosa. Ariane, impulsada por su deseo de amor y su voluntad de correr riesgos, decide fingir ser una amante experimentada, ansiosa por poner a prueba su temple contra la sofisticación mundana de Frank. Frank, por otro lado, se siente atraído por la autenticidad, la amabilidad y la falta de pretensiones de Ariane. Mientras navegan por los altibajos de su relación, se revelan sus verdaderos yoes, exponiendo sus vulnerabilidades y las complejidades de sus emociones. A lo largo de la película, Wilder explora los temas del amor, el deseo y las complejidades de las relaciones de una manera a la vez conmovedora y humorística. Su dirección saca lo mejor de sus protagonistas, particularmente Hepburn y Cooper, quienes entregan actuaciones matizadas y cautivadoras que todavía se recuerdan y celebran en la actualidad. El guion, coescrito por Wilder e I.A.L. Diamond, agrega profundidad y complejidad a la historia, profundizando en las convenciones sociales y las expectativas morales de la época. La representación de la película de la alta sociedad francesa es ingeniosa y atractiva, con un gran ojo para los matices de la cultura parisina. La química entre Hepburn y Cooper es innegable, y su romance es auténtico y cautivador. Mientras navegan por las complejidades de su relación, aportan una sensación de autenticidad y honestidad a la pantalla. Sus actuaciones están atemperadas por una sensación de vulnerabilidad y emoción, lo que hace que su historia de amor se sienta creíble y memorable. Ariane es una película que cautivará e involucrará al público durante muchos años. Sus temas intemporales, su dirección inteligente y sus actuaciones cautivadoras la convierten en una película imprescindible para cualquiera que haya estado enamorado o que alguna vez se haya sentido intrigado por las complejidades de las relaciones humanas.
Reseñas
Recomendaciones
