Amando a Pablo

Amando a Pablo

Trama

Amando a Pablo, una película biográfica dramática dirigida por Fernando León de Aranoa, lleva al público a un viaje visceral e implacable a través de la tumultuosa vida de Pablo Escobar, una de las figuras más notorias y temidas del mundo. Protagonizada por Javier Bardem y Penélope Cruz, esta película profundiza en el tumultuoso ascenso y la caída del infame capo y su compleja, a menudo destructiva, relación con la renombrada periodista colombiana Virginia Vallejo. La película comienza en 1981, cuando Virginia Vallejo (interpretada por Penélope Cruz), una periodista impresionante y ambiciosa, pone sus ojos en el escurridizo y misterioso Pablo Escobar (Javier Bardem). Pablo, en camino de convertirse en una de las figuras más influyentes y temidas de Colombia, ya ha amasado una vasta fortuna a través de su notorio comercio de cocaína. Intrigada por la personalidad grandiosa de Pablo y el enigmático encanto que lo rodea, Virginia se obsesiona con entrevistar a la figura solitaria. Sus encuentros iniciales, llenos de tensión e inquietud, eventualmente dan paso a una pasión que lo consume todo y que desdibuja las líneas del periodismo y las relaciones personales. A medida que su romance se intensifica, Pablo usa a Virginia como un medio para humanizarse y obtener una apariencia de respetabilidad, invitándola a menudo a eventos exclusivos y reuniones privadas con su círculo íntimo. Pero debajo de la superficie de este romance de alto riesgo se esconde una realidad más oscura: el reinado de terror de Pablo, marcado por asesinatos, intimidación y violencia generalizada. El Cartel de Medellín, liderado por Pablo, ha puesto de rodillas a la capital colombiana, y la influencia de Pablo se extiende a funcionarios gubernamentales corruptos y agencias de aplicación de la ley. A lo largo de la película, la relación de Pablo y Virginia oscila entre la pasión intensa y los conflictos volátiles. Virginia, atrapada entre sus sentimientos personales por Pablo y su deber periodístico, lucha por mantener su objetividad a medida que su conexión con el capo se profundiza. A medida que el control de Pablo sobre la ciudad se estrecha, Virginia se encuentra cada vez más sumida en el mundo del crimen y la corrupción. Su amor se convierte en un ciclo tóxico y sofocante de codependencia, en el que cada compañero se alimenta de los deseos y ambiciones del otro. Mientras tanto, las relaciones de Pablo con otros personajes pasan a primer plano. Su estrecha relación con su hermano Gustavo (Sergi López) ofrece una visión de las complejidades del personaje de Pablo, revelando a un individuo polifacético impulsado tanto por el cálculo como por la lealtad. La madre de Pablo, Hermilda Escobar (Ana Ularu), es igualmente intrigante y ofrece un retrato matizado de una mujer dividida entre la devoción a su hijo y el horror ante su camino destructivo. La película también profundiza en el papel de las autoridades colombianas, lideradas por agentes de policía y políticos que son cómplices y están en conflicto en sus tratos con Pablo. El mundo corrupto y moralmente en bancarrota de las fuerzas del orden refleja el propio núcleo podrido del cartel, ya que ambos bandos se enfrentan en un juego de poder y engaño del gato y el ratón. A medida que aumenta el riesgo, el control de Pablo sobre la ciudad flaquea bajo la presión del mayor escrutinio de las fuerzas del orden y la oposición dentro de su propia organización. Sus asociados más cercanos, incluido el infame Carlos Lehder (Miguel Ángel Sierra), lo traicionan, mientras que Virginia se encuentra cada vez más enredada en la red de engaños de Pablo. A lo largo de la película, la vívida dirección de León de Aranoa capta la atmósfera cruda, a menudo perturbadora, de los años oscuros de Colombia. La cinematografía, manejada por Josetxo Cerdán, sumerge al espectador en el mundo de Pablo Escobar, con sus marcados contrastes de riqueza y pobreza, belleza y brutalidad. En última instancia, Amando a Pablo presenta un retrato mordaz, a menudo implacable, del poder destructivo del reinado de terror de Pablo Escobar y la relación tóxica que alimentó sus ambiciones. Penélope Cruz y Javier Bardem ofrecen interpretaciones crudas y viscerales de las dos figuras centrales, su pasión y química en la pantalla son innegables, incluso cuando el mundo que les rodea se derrumba en el caos. Con su mirada implacable al corazón de las tinieblas, Amando a Pablo se erige como un testimonio del impacto perdurable del legado de Pablo Escobar, un hombre que dejó cicatrices indelebles en una nación que aún lucha por recuperarse de su devastador control.

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Reseñas