Lujuria por un Vampiro

Trama
En la adormecida y pintoresca ciudad de Karnstein, enclavada en el corazón de Europa del Este, se instala una sensación de temor, como una nube oscura en el horizonte. Es el año 1830, y el mal largamente dormido que ha estado latente durante siglos está a punto de despertar. La familia Karnstein, descendientes de la infame nobleza sedienta de sangre, está desesperada por traer consigo su maldición ancestral. Sus esfuerzos culminan en el espantoso ritual de sacrificio de sangre, donde buscan despertar el espíritu malévolo conocido como Carmilla, la vampiresa seductora y hermosa. Con la puesta de sol sobre la pintoresca ciudad, una sensación de malestar se instala en el cercano internado para señoritas. El director de la escuela, Langraf, está acosado por todos lados por problemas financieros, y sus esperanzas se ven elevadas por la promesa de una subvención sustancial del misterioso Conde Mitterhaus. Sin embargo, sin el conocimiento del director, las verdaderas intenciones del conde están lejos de ser benevolentes. Su objetivo final es explotar a las alumnas más inocentes y vulnerables de la escuela para saciar la sed de sangre de la resucitada Mircalla, la encarnación misma de Carmilla. Mientras tanto, la llegada del notorio autor Richard Lestrange al internado para señoritas desencadena una reacción en cadena de eventos. Su obsesiva fascinación por lo sobrenatural y lo macabro lo ha llevado a Karnstein en busca de inspiración para su última aventura literaria. Sin embargo, la realidad de los horrores que encuentra supera con creces todo lo que jamás había imaginado, y queda irremediablemente cautivado por la enigmática y seductora Mircalla. Las estudiantes del internado, ignorantes de las fuerzas siniestras que se han apoderado, llevan sus vidas en una dichosa ignorancia. El ambiente es de ingenuidad e inocencia, salpicado por la ocasional ocurrencia inexplicable que les da escalofríos a las más perspicaces. Sin embargo, se hace evidente que la línea entre la realidad y la pesadilla se está volviendo más delgada, y las alumnas del internado están a punto de convertirse en las últimas víctimas de la sedienta de sangre Mircalla. Con la luna llena que se eleva sobre Karnstein, los poderes de Mircalla se hacen más fuertes y su oscura influencia se extiende por todas partes. Las estudiantes del internado comienzan a sucumbir a su voluntad, cayendo bajo el hechizo de su encanto hipnótico. Se convierten en el punto focal de la carnicería que sigue, a medida que Mircalla sacia su sed de sangre y, en el proceso, reafirma su dominio sobre la ciudad. Langraf, abrumado por sus propios deseos y desesperación, se encuentra envuelto en una red de engaños, dividido entre su lealtad al Conde Mitterhaus y su creciente fijación en Mircalla. Su descenso a la locura se ve acelerado por las ocurrencias cada vez más inexplicables que lo rodean, y la constatación de que el mal que ha desatado no puede ser contenido. A medida que la matanza continúa, Lestrange queda cada vez más atrapado por su propia escritura, ya que los eventos que narra comienzan a confundirse con la realidad. Su desapego autoral cede lentamente a una inquietante sensación de complicidad, como si fuera impotente para evitar los horrores que se desarrollan ante él. Su fijación en Mircalla, también, llega a un punto de ebullición, y su descenso al abismo se acelera exponencialmente. El destino de las víctimas del insaciable hambre de Mircalla pende precariamente de un hilo, a medida que sucumben al frío tacto de sus labios helados y al beso despiadado de los no muertos. Se derrama la sangre de los inocentes, y la oscuridad de la maldición de la vampiresa extiende su sombra sobre la desprevenida ciudad. Tras la carnicería, Langraf y Lestrange emergen temblorosos, con sus mentes destrozadas por los horrores que han presenciado. Las estudiantes supervivientes, traumatizadas por su experiencia, cargan con las cicatrices de su encuentro con Mircalla por el resto de sus vidas. Al final, está claro que el oscuro atractivo de la maldición de la vampiresa se ha cobrado más víctimas que sólo la sangre de los inocentes. Los habitantes de Karnstein se quedan reflexionando sobre el terrible precio de la codicia de sus antepasados y el encanto de lo sobrenatural, mientras la leyenda de Carmilla/Mircalla sigue viva, un recordatorio constante del horror que acecha en las sombras, esperando atacar.
Reseñas
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