Fiscal de Hierro

Trama
En la ciudad de Nueva York de la década de 1940, el Asistente del Fiscal de Distrito John Mason (Jack Lemmon), un abogado diligente y honesto, y su encantadora amiga y compañera de trabajo de espíritu libre, Ellen, se encuentran en el centro de un caso sensacional. Ellen es la confidente y socia de Mason en la resolución de crímenes. Ambos trabajan en la oficina del Fiscal de Distrito, navegando a través de la burocracia y sus vidas personales mientras se enfrentan a casos aparentemente imposibles. Su última asignación los pone en desacuerdo con el famoso jefe criminal, Big Steve, un mafioso despiadado y astuto con vínculos con funcionarios de la ciudad y agentes de policía por igual. Cuando la oficina del Fiscal de Distrito recibe un soplo anónimo sobre un caso de asesinato de alto perfil que involucra a una hermosa joven de la alta sociedad, aprovechan la oportunidad para derribar a Big Steve, cuyas huellas dactilares están por toda la escena del crimen. La víctima, Vivian, había estado comprometida para casarse con una de las familias más estimadas de Nueva York, lo que hace que el caso sea aún más notorio e intrigante. Mason y Ellen profundizan en el caso, descubriendo una red de engaños y corrupción que llega hasta la cima. A pesar de sus esfuerzos, enfrentan la resistencia de varias partes interesadas, incluidos funcionarios corruptos de la ciudad y sus contrapartes del departamento de policía, que están bajo el control de Big Steve. La reputación de Mason como fiscal honesto le gana respeto, pero este respeto también les da a Big Steve y sus asociados una reputación de dificultar la vida de Mason y sus colegas. A medida que Mason y Ellen profundizan, se convencen de que el asesinato de Vivian es simplemente una pequeña parte de un plan más grande. Sin evidencia concreta y bajo una intensa presión de sus superiores, las apuestas aumentan y Mason comienza a preguntarse si el sistema está funcionando a su favor. Mason debe enfrentar dudas personales, presión profesional y expectativas sociales que ponen a prueba su determinación, todo mientras mantiene su asociación con Ellen y su confianza mutua. Si bien el ingenio agudo y la determinación de Ellen demuestran ser valiosos para la investigación, Mason se encuentra cada vez más dividido entre sus deberes como asistente del fiscal y los sentimientos florecientes que desarrolla por Ellen. Sus bromas y su dinámica lúdica sirven como un contrapunto emocional a la atmósfera oscura e intensa que rodea las escenas del crimen. Mientras Mason y Ellen navegan por sus propios sentimientos complicados el uno por el otro, continúan su incansable búsqueda de la verdad. Mientras tanto, las apuestas son cada vez más altas. Mason y Ellen comienzan a desenredar los hilos enredados de una conspiración que los pone en desacuerdo tanto con la organización de Big Steve como con las fuerzas de la corrupción dentro de su propia oficina. Un equipo muy unido que trabaja entre bastidores en la oficina del Fiscal de Distrito debe dar un paso al frente para apoyar a Mason y Ellen en el descubrimiento de la verdad oculta. Los superiores de Mason pueden estar comprometidos, y sus vidas podrían estar en riesgo si exponen la corrupción. La secuencia climática de la película reúne varios hilos de la narrativa cuando Mason y sus colegas reconstruyen la evidencia. Con Big Steve acercándose a ellos y más vidas en juego, Mason se ve obligado a enfrentar la verdadera naturaleza del poder y la justicia en la ciudad de Nueva York. En última instancia, Mason y Ellen demuestran que el sistema puede funcionar, que es posible tener una aplicación de la ley honesta y eficaz, y que incluso los casos más complejos y de alto perfil pueden resolverse con perseverancia y confianza mutua.
Reseñas
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