Fragmentos de una Mujer

Marsha Stephanie Blake interpreta a Vanessa Laine, una joven y aspirante bailarina de ballet, mientras que Vanessa Kirby asume el papel de su esposa, Martha. Viven una vida aparentemente idílica en una relación amorosa. Vanessa, esperando su hijo, está ansiosa por dar a luz de forma natural, rehuyendo el entorno hospitalario convencional por la comodidad familiar de su hogar. A Vanessa se le rompe la fuente y se le indica que se ponga en contacto con el hospital para informar sobre su estado de parto. Sin embargo, el plan cambia y se llama a Ellen, la hermana de Martha, una enfermera obstétrica, para que ayude con el parto. Ellen, que posee un amplio conocimiento de la atención prenatal, ofrece orientación a Vanessa durante su trabajo de parto. Aumenta la tensión entre el enfoque profesional de Ellen y el deseo de Vanessa de un parto natural. Ellen está decidida a ayudar a Vanessa a dar a luz al bebé de forma segura, mientras que Vanessa, aunque temerosa, quiere mantener el control sobre su experiencia de parto. A medida que el trabajo de parto se intensifica, la familia queda tambaleándose. Martha está fuera de sí por la preocupación a medida que el parto se vuelve cada vez más complicado. Vanessa, que se ha acostumbrado a la voz relajante y la presencia tranquilizadora de su pareja, empieza a entrar en pánico. En un momento de desesperación, Martha llama a una ambulancia para llevar a Vanessa al hospital, pero ya es demasiado tarde. Se descubre que el niño, que nace muerto, no respira al nacer. Vanessa se queda con un dolor inimaginable y la carga de procesar su pérdida dentro del aislamiento de su hogar. Martha tiene el corazón roto, y sus amigos y familiares no están preparados o no son comprensivos con su situación. A medida que el dolor se intensifica para Martha, Vanessa empieza a alejar a sus seres queridos. Este rechazo, junto con la propia devastación emocional de Martha, obliga a la pareja a distanciarse. Martha empieza a tener dificultades para hacer frente al dolor y la culpa asociados a la pérdida de su hijo. La narración cambia entonces a una serie de imágenes fragmentadas, inconexas y a menudo inquietantes del parto en casa que salió mal y el dolor que le sigue. La pareja empieza a distanciarse cada vez más, y sus relaciones se fracturan cada vez más. Vanessa está desesperada por responsabilizar a Martha, no por el dolor que están experimentando, sino por el fracaso percibido de Martha. Vanessa responsabiliza a su pareja por la pérdida de su bebé, una acusación que hace pedazos su relación. Martha, desesperada por encontrar una forma de escapar de su aislamiento, recurre a Ellen, su hermana, en busca de apoyo emocional. Martha comienza la terapia con un grupo de apoyo para madres en duelo donde, junto con Ellen y su esposo, Martha lucha para hacer frente a la pérdida de su hijo. Martha comienza a abrirse sobre su dolor con Ellen, quien revela que ella misma perdió a su propio hijo en una cesárea hace muchos años. Martha y Ellen establecen un vínculo más profundo e inquebrantable a través de su pérdida compartida, lo que permite a Martha comenzar a sanar. Ellen ayuda a Martha a encontrar su valor y, finalmente, su voz, mientras Martha comienza a procesar sus emociones. Un rayo de esperanza en sus vidas, mientras Martha comienza a encontrar consuelo a través de su grupo de apoyo para madres en duelo, pero Vanessa no está dispuesta a enfrentar la profundidad de su dolor. El conflicto central de la película se intensifica a medida que la relación de Martha y Vanessa llega al punto de quiebre. Finalmente, se separan por su propia curación y cierre. Martha continúa asistiendo a terapia y encuentra consuelo en su amistad con Ellen. Vanessa permanece aislada y afligida en su apartamento. Después de un año de separación, Vanessa recibe una llamada de Martha. Martha expresa el deseo de que ambas encuentren un cierre asistiendo juntas a sesiones de terapia. La película termina con Vanessa, comenzando lentamente su camino hacia la curación, acompañada por Martha. Al final, la película deja a los espectadores cuestionando la naturaleza del duelo y si la pareja estaba realmente destinada a estar junta o si su vínculo era más frágil de lo que pensaban inicialmente. La narrativa deja una impresión duradera del dolor emocional y el trauma asociados con la pérdida de un niño y el camino hacia la curación.