Oz, un Mundo Fantástico

Dorothy se encuentra en un asilo oscuro e inquietante, rodeada de individuos extraños y aterradores. Sus recuerdos de Oz comienzan a desvanecerse, reemplazados por la cruda realidad del centro psiquiátrico. Sin embargo, pronto llama la atención de una joven llamada Dorothy Gale, que parece estar atrapada en el asilo junto con ella. Las dos Dotties comienzan a comunicarse y compartir historias, y queda claro que son la misma persona, transportada dentro de las paredes del asilo. A medida que viajan a través de los laberínticos pasillos y los espeluznantes corredores, se topan con un grupo de pacientes perturbados que aparentemente cobran vida por sus propios delirios. Está Hickory, un ex soldado cuyos recuerdos de la batalla lo han definido; una cabeza de Espantapájaros, que ha sido cosida al cuerpo de una muñeca pero conserva su ingenio y sarcasmo; y un Munchkin, ahora lisiado y confinado a una silla de ruedas, que posee una profunda tristeza. Mientras navega por el mundo surrealista del asilo, Dorothy descubre una serie de pistas y símbolos ocultos grabados en las paredes, que la llevan a la misteriosa niña que la salvó. A medida que desentraña el misterio, descubre la naturaleza oscura y sádica de sus secuestradores, los médicos del asilo, que han estado experimentando con los pacientes utilizando una combinación de manipulación psicológica y tortura física. Mientras tanto, Dorothy también comienza a descubrir el propósito siniestro detrás de su regreso a Oz: una tierra de su creación, nacida de su propia imaginación y temores. Es un reino retorcido y fantástico, lleno de criaturas mágicas y maravillas, pero también de peligro e incertidumbre. A medida que profundiza, descubre un grupo de criaturas siniestras, como los Wheelers y la Rueda, que sirven como ejecutores de la tiránica Princesa Mombi, la gobernante de este reino retorcido. A medida que Dorothy navega por los frágiles límites entre su propia mente y el mundo de Oz, comienza a darse cuenta de que su propia cordura está siendo atacada. Su control de la realidad comienza a desvanecerse, y las líneas entre la realidad y la fantasía comienzan a difuminarse. Sus nuevos amigos, Hickory, el Espantapájaros y el Munchkin, se vuelven cada vez más inestables, y Dorothy comienza a preguntarse si puede confiar en ellos, o si ellos también son producto de su propia mente fracturada. A medida que se enfrenta a las fuerzas oscuras que la han capturado, Dorothy descubre que sus propios recuerdos y experiencias han sido manipulados por los médicos, y que su regreso a Oz es simplemente una proyección de su propio subconsciente, un intento desesperado de escapar del horror y el trauma que ha sufrido en el asilo. En última instancia, Dorothy debe enfrentarse al enemigo final: la personificación de su propia locura, simbolizada por la enigmática figura del Rey Nome, que representa los rincones más oscuros de su propia psique. A medida que la batalla entre su consciente y su subconsciente continúa, Dorothy se ve obligada a elegir entre su control de la realidad y su anhelo desesperado de regresar a Oz, un reino que se ha convertido en un símbolo tanto de su libertad como de su cautiverio.