Buscando a Sugar Man

Buscando a Sugar Man

Trama

Buscando a Sugar Man es un documental de 2012 que profundiza en la intrigante e inesperada historia de vida de Rodriguez, un enigmático músico estadounidense que saltó a la fama en la década de 1970 a pesar de no haber lanzado nunca un disco en su país de origen. A finales de los años 60 y principios de los 70, Rodriguez comenzó a actuar en varios bares y clubes de Detroit, creando una mezcla única de folk, rock y poesía que acabaría cautivando al público en el extranjero. Sin que Rodriguez lo supiera, un par de álbumes que lanzó en un pequeño sello en 1970, 'Cold Fact' y 'Coming From Reality', cruzaron inadvertidamente la frontera hacia Sudáfrica, donde alcanzó un nivel impresionante de popularidad a pesar de no haber realizado nunca una gira allí. Esto no se debe a que la industria musical sudafricana suprimiera deliberadamente su música; al contrario, 'Cold Fact' y 'Coming From Reality' fueron descubiertos por los fans y se hicieron muy influyentes y apreciados, sobre todo entre los jóvenes afrikáners y los sudafricanos negros. La película se centra en dos fans sudafricanos, Stephen Segerman y Craig Bartholomew Strydom, que se sintieron consumidos por una intensa curiosidad sobre la vida de Rodriguez y las circunstancias que rodearon su supuesta muerte. Revisan todos los discos disponibles y fragmentos de información, y tras años de investigación y trabajo de detectives, finalmente consiguen contactar con el amigo de Stephen, Juan Burgos, un periodista que había conocido a Rodriguez en la década de 1970. A través de Burgos, los dos fans se enteran de las misteriosas circunstancias que rodearon la desaparición de Rodriguez en 1971, a la edad de 32 años. Según la leyenda, Rodriguez había muerto quemado en un bar o había sido asesinado por sus propias manos debido a su creciente inestabilidad y a una espiral descendente de declive mental y físico. Esta sombría y romantizada historia, sin embargo, era sólo la mitad de la historia, como Juan revela a Stephen y Craig. El documental da entonces un giro fascinante, siguiendo a Rodriguez mientras continúa actuando y grabando música a lo largo de los años 70 e incluso de los 80. Durante este tiempo, mantuvo un perfil bajo en Estados Unidos, pero ganó nuevos y dedicados fans en Brasil, donde también vivió durante un tiempo. Finalmente, se instaló en Europa, sobre todo en Inglaterra y los Países Bajos, donde empezó a vender grabaciones piratas de su música y a establecer una nueva base de fans. Los seguidores sudafricanos de Rodriguez también fueron increíblemente resistentes, y los fans siguieron buscando su música a pesar de que a menudo era pirateada y difícil de conseguir. Esta dedicación dice mucho sobre el poder y el atractivo perdurable de su música. A pesar del paso del tiempo y de su relativa oscuridad en Estados Unidos, las canciones de Rodriguez habían capturado los corazones y la imaginación de personas a las que nunca había conocido, incluidos los fans de Sudáfrica que lo veían como un símbolo de resistencia y esperanza. A finales de los años 90 y principios de los 2000, Segerman y Strydom finalmente consiguieron localizar a Rodriguez en Brasil, pero desafortunadamente, la reunión nunca llegó a producirse como estaba previsto, debido a una serie de desventuras, incluyendo la falta de comunicación con los lugareños y cuestiones burocráticas. El equipo de Buscando a Sugar Man acabó descubriendo que Rodriguez estaba muy vivo, viviendo en Detroit. Tras décadas de rumores y especulaciones, los fans sudafricanos pudieron finalmente ponerse en contacto con su ídolo, que, asombrosamente, había estado llevando una vida humilde, actuando ocasionalmente y trabajando en material nuevo a lo largo de los años. La película termina con una nota optimista, capturando la reconexión entre Rodriguez y sus fans sudafricanos, muchos de los cuales se sintieron muy contentos de conocer finalmente a la persona detrás de la música. Resulta que la verdadera historia de Rodriguez es un testimonio del atractivo universal de la música y de su poder trascendente para conectar a personas de diferentes culturas y océanos. A través de Buscando a Sugar Man, los espectadores vislumbran un capítulo extraordinario en los anales de la historia de la música. La película ofrece un conmovedor recordatorio de que, por muy pequeños o aparentemente insignificantes que nos sintamos, nuestros talentos tienen el potencial de marcar una profunda diferencia en el mundo, aunque se necesiten años, décadas o más para que nuestros esfuerzos den sus frutos.

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Reseñas