El Objetor de Conciencia

Trama
Es 1945, y el mundo todavía se tambalea por las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. En el corazón del desgarrado Pacífico, la isla de Okinawa se erige como un testamento de la brutal violencia que ha devastado el mundo. Aquí, en las costas de esta tierra arrasada, se desarrollará una batalla legendaria: un choque de titanes que superará los límites de la resistencia humana y será testigo del extraordinario coraje de un joven médico llamado Desmond Doss. Al pie del imponente Hacksaw Ridge, un acantilado de 120 metros de altura que se ha convertido en el punto focal de la batalla, los hombres del 307º Regimiento de Infantería se reúnen, con rostros llenos de determinación. Saben que las probabilidades están en su contra: con las tropas enemigas atrincheradas en la cima de la cresta, sus posibilidades de supervivencia son escasas, apenas una entre diez. Pero a pesar de estos desalentadores obstáculos, los hombres cargan hacia adelante, sus pasos golpeando el polvoriento terreno mientras escalan la pared del acantilado, con las armas disparando. En medio de este caos está Desmond Doss, un joven humilde de Lynchburg, Virginia, que ha sido destinado a Okinawa. A diferencia de sus compañeros soldados, que han sido entrenados para cargar con el peso de un rifle, Desmond ha elegido un camino diferente. Convencido de su fe cristiana, ha jurado oponerse a la violencia, negándose a portar armas y dedicándose en cambio a servir como médico. El resto de los soldados lo han ridiculizado y se han burlado de su decisión, viéndolo como un pacifista o un cobarde. A pesar del escepticismo de sus compañeros, Desmond ha seguido adelante, determinado a servir a su país y proteger a sus compañeros soldados. Ha aprendido el arte de la atención médica y ahora es un experto en el cuidado de los heridos. Pero en este día, mientras la batalla se libra a su alrededor, se enfrenta a la prueba definitiva de su fe. A medida que avanza el día, la carnicería se intensifica. Las fuerzas japonesas en la cima de Hacksaw Ridge desatan una lluvia de fuego de ametralladora, segando a los soldados como trigo en un campo. La que antes era una pared lisa del acantilado se ha convertido en una escena de total devastación, con cuerpos esparcidos por todas partes. En medio del caos, Desmond se dispone a cumplir con su deber, desafiando el infierno del fuego enemigo mientras escala la pared del acantilado. Los soldados que han llegado a conocer a Desmond han sido testigos de su coraje frente al peligro y han llegado a respetar su convicción. Se dan cuenta de que su compromiso con su cuidado es inquebrantable y han llegado a confiar en su experiencia. Pero incluso en medio de esta confusión, nunca habían imaginado la magnitud de la valentía de Desmond. A medida que Desmond comienza a rescatar a los heridos, sus acciones se convierten en leyenda. Aferrado a su bolsa de médico, se arrastra por tierra de nadie entre los dos ejércitos, esquivando el fuego de los francotiradores mientras se abre camino hasta el borde del acantilado. Los soldados que deja atrás están horrorizados por los riesgos que corre, pero Desmond permanece concentrado, impulsado por su fe y su deber. Uno por uno, transporta a los heridos por la pared del acantilado, algunos de los cuales pesan más de 90 kilos, utilizando su propia fuerza para mantenerlos en su lugar. Se mueve rápidamente, su actitud tranquila contrasta marcadamente con el frenesí que lo rodea. Es como si estuviera en un estado de pura concentración, sin espacio para el miedo o la duda. Las horas pasan y las heroicidades de Desmond se convierten en la comidilla del regimiento. Los hombres que una vez lo ridiculizaron ahora lo contemplan con asombro al darse cuenta de la magnitud de su valentía. Llegan a ver a Desmond como un hombre común, pero con un coraje extraordinario, un hombre que, a pesar de las probabilidades en su contra, ha salvado cientos de vidas. La batalla continúa, pero las acciones de Desmond han inspirado un nuevo sentido de esperanza entre los soldados. Por primera vez en horas, sienten un sentido de unidad, un sentido de propósito que los impulsa hacia adelante. Se dan cuenta de que no sólo están luchando por su país, sino el uno por el otro, por los hombres que se han convertido en sus hermanos de armas. Cuando el sol comienza a ponerse, proyectando un brillo dorado sobre el campo de batalla, los soldados comienzan a retroceder, exhaustos pero vivos. Saben que no pueden permanecer en la cresta, no con el enemigo todavía atrincherado arriba. Pero por primera vez en días, se sienten animados por una sensación de esperanza. Saben que Desmond Doss, el humilde médico, ha estado allí para ellos, desafiando lo imposible para salvar sus vidas. Las secuelas de la batalla ven a Desmond aclamado como un héroe, y sus acciones le valieron la gratitud de sus compañeros soldados. Pero para Desmond, no se trata de reconocimiento o recompensa. Ha hecho lo que sentía que era correcto y sabe que su fe lo ha guiado a través de la oscuridad. Los hombres que lucharon junto a él ahora hablan de él con reverencia, sus rostros iluminados por el recuerdo de su heroísmo. "Teníamos un médico que era mejor que cualquiera de nosotros", recuerda uno de ellos, con voz llena de emoción. "Era un hombre de paz, pero en medio de la guerra demostró más valor del que jamás creí posible". El viaje de regreso a casa para Desmond es agridulce. Es recibido con la adoración de sus compañeros soldados, que ahora lo respetan y admiran. Pero también sabe que las heridas que ha presenciado nunca serán olvidadas, cuyas cicatrices permanecerán con él de por vida. Y, sin embargo, no son los recuerdos de la batalla los que lo atormentan, sino el pensamiento de aquellos que no tuvieron tanta suerte. Los muertos, los mutilados, los huérfanos que quedaron atrás, todo esto pesa mucho en su corazón. Para Desmond, esta no es sólo una historia de guerra y heroísmo, sino del sacrificio, el sufrimiento y el costo humano del conflicto. A medida que pasan los años, la historia de Desmond se convierte en una leyenda, contada y recontada en los anales de la historia militar. Pero no es sólo una historia de heroísmo y valentía, sino de un joven que defendió sus convicciones, incluso frente a probabilidades abrumadoras. La historia de Desmond T. Doss sirve como un recordatorio del poder de la fe, el amor y la compasión, un testimonio del extraordinario coraje de un hombre común que, en un momento de crisis suprema, mostró al mundo lo que significa preocuparse verdaderamente por los demás.
Reseñas
Camille
In "The Conscientious Objector," Desmond Doss's unwavering commitment to his principles is akin to a team's reliance on a dedicated medic. Just as a squad cannot survive without someone to mend their wounds and keep them in the fight, the film underscores the vital role of compassion and healing in the midst of war's brutality. Doss, unarmed and amidst the carnage, becomes the lifeline for his comrades, embodying the selfless dedication of a healer who prioritizes preservation over destruction. His courage isn't measured by the enemies he vanquishes, but by the lives he saves, highlighting the indispensable importance of a caregiver within a conflict zone – a poignant reminder that even in the darkest of times, humanity's healing touch is essential for survival.
Mabel
A particularly memorable scene is set on the first night of battle. Dos and a fellow soldier are in the trenches, and the soldier opens a can of rations, asking Dos why he isn't eating. Dos, his face covered in black ash, smiles and waves his hand, saying, "I don't eat meat." What a respectable man. His faith cannot change the war, yet the war seems powerless to affect even his most ordinary belief.
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