Los Iniciados: Escrito desde las sombras

Trama
Frank Molina, un periodista que alguna vez fue renombrado y respetado, se sentó en silencio, con la espalda contra la fría pared de su apartamento escasamente iluminado. El tenue zumbido de una sola luz cenital danzaba en la habitación, proyectando sombras espeluznantes en las paredes. Hacía mucho tiempo que había abandonado cualquier apariencia de una vida fuera de estas paredes, optando en cambio por vivir una vida de anonimato escondido. El público lo conocía como 'Lázaro', un nombre que le dio la comunidad en línea, que se había sentido atraída por su estilo crudo e inflexible. Sus firmas habían adornado las portadas de los principales periódicos y revistas, pero un escándalo varios años antes había dañado irreparablemente su reputación. La mirada otrora admiradora del público se había convertido en una de desprecio, y Frank ahora luchaba por encontrar consuelo en el mundo que una vez conoció tan íntimamente. A medida que avanzaba el silencio, sus dedos se movían sobre el teclado, escribiendo el flujo rítmico de su último artículo. Era una pieza sobre la creciente disparidad entre los que tienen y los que no tienen en el mundo, pero los pensamientos estaban teñidos de un toque de reflexión personal. No pudo evitar pensar que si tan solo hubiera descubierto la verdad antes, las cosas podrían haber sido diferentes para él. Pero sabía que esta autocomplacencia solo servía para alimentar la oscuridad que lo carcomía por dentro. Justo cuando sus dedos parecían encontrar un ritmo, el crujido de la puerta principal rompió el silencio, resonando por toda la habitación. Su corazón dio un vuelco cuando sus ojos escanearon el pequeño apartamento con una mezcla de temor y pavor. Conocía el procedimiento: cualquier persona no deseada era una amenaza potencial. Un movimiento lento hacia la mirilla, una mirada vacilante a través de los confines de la mirilla confirmó su mórbida intuición: un visitante no deseado. Mientras su estómago se retorcía, una mano vacilante buscó la cerradura de la puerta. ¿Quién era y qué querían? Una mirada rápida y furtiva alrededor de la habitación reveló solo la tenue luz que proyectaba sombras, sus papeles de escritura dispersos y una persistente sensación de vacío. Respiró hondo y abrió la puerta, esperando a un reportero de noticias que buscara comentarios o a un ex colega furioso que exigiera respuestas. En cambio, encontró una visión peculiar y espantosa. Dos ojos incorpóreos lo miraban fijamente: su superficie blanca lechosa había sido desgarrada para revelar un enrojecimiento crudo debajo, y era imposible distinguir qué dirección era arriba de abajo. Debajo de los ojos había un trozo de papel modesto cubierto de manchas carmesí. El corazón de Frank se hundió cuando una inquietud creciente se extendió por su columna vertebral, haciendo que la piel de su cuello hormigueara. Por un momento, el tiempo pareció detenerse mientras luchaba por comprender lo que estaba viendo. Los ojos estaban cortados, con una gash enfermiza que rodeaba su borde, como si estuvieran arrancados de las cuencas de su dueño. Pero el trozo de papel llevaba un mensaje inconfundible garabateado con tinta roja: 'Bienvenido de nuevo, Lázaro'. Como si se hubiera accionado un interruptor dentro de su cabeza, los sentidos de Frank se aceleraron, reconstruyendo recuerdos fragmentados que había tratado de reprimir durante años. Se apartó de la abominación en su puerta, tratando de despejar su mente nublada, mientras su corazón latía con un ritmo frenético. Habían pasado años desde que dejó los titulares de la ciudad, huyendo de una historia de investigación que casi le cuesta su carrera y su cordura. Algo había provocado una respuesta traumática dentro de él, algo tan oscuro, tan malévolo que lo envió a la clandestinidad, donde supuso que podría perderse para siempre. Un miedo creciente se apoderó de él cuando sus recuerdos resurgieron como una marea, arrastrando consigo los fantasmas de su pasado turbulento. Este macabro mensaje insinuaba que algo mucho más siniestro le esperaba, algo mucho más siniestro y personal. Frank supo con una certeza temblorosa que esta entidad oscura había sido despertada por sus escritos anónimos, su serie Lázaro, una serie donde la verdad y la ficción se difuminan en cada curva. Cerró la puerta ante los ojos y se estremeció ante la imagen grabada en su memoria, pero ya era demasiado tarde. Una ola de ansiedad se estrelló sobre él cuando comenzaron a aparecer pensamientos más perturbadores y recuerdos fragmentados, amenazando con destruir la fina capa de su persona cuidadosamente construida. De repente, su tranquila vida en la clandestinidad ya no existía. En un momento de cruda comprensión, Frank supo que su existencia ya no estaba bajo su control: el pasado lo había alcanzado, con una ferocidad espantosa que cambiaría el curso de su vida para siempre. Su oscuridad una vez pacífica se había convertido en un caldo de cultivo para el caos mientras su mente luchaba con visiones de su propio pasado traumático, donde la oscuridad había estado esperando durante mucho tiempo. La inquietante quietud fue reemplazada por una cacofonía de preguntas: ¿quién era este monstruo? ¿Y estaba él, Frank Molina, ahora en una lucha por su vida a medida que se acumulaban los cuerpos y los mensajes se volvían más inquietantes? Una cosa estaba clara: Lázaro había regresado, pero la pregunta era: ¿por cuánto tiempo?
Reseñas
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