El Último Rodeo

Trama
Los ojos de John Thompson miraban hacia el vasto paisaje desértico, la cálida luz del sol proyectaba un suave resplandor sobre el terreno. Estaba parado en las afueras de una pequeña arena de rodeo, el olor a heno fresco y sudor llenaba sus fosas nasales. Habían pasado años desde que John se pusiera un par de botas para un rodeo, pero hoy era diferente. Hoy, cabalgaba por una razón: para salvar a su nieto, un niño llamado Jake que había sufrido un terrible accidente. La preocupación de John por Jake no era solo por el bienestar del niño, sino también por el bienestar de su hija, Emily. Estaba pasando por un momento difícil, luchando para llegar a fin de mes e intentando criar a Jake por su cuenta. Las noticias del accidente habían sacado a John de su retiro, y sabía que tenía que actuar rápido. Mientras observaba a un joven jinete subirse al lomo de un toro resoplando, los recuerdos de sus propios días de gloria inundaron su mente. De hecho, era una leyenda del rodeo, uno que había dominado los circuitos con sus habilidades sin igual y su actitud intrépida. La perspectiva de enfrentarse a las duras realidades de su pasado hizo que el corazón de John se sintiera pesado. Emily había crecido viendo el ascenso a la fama de su padre, a menudo acompañándolo a los rodeos más importantes del país. Sin embargo, su vida estuvo marcada por los altibajos del éxito de John. Su madre, Catherine, había dejado a John debido a las presiones y los riesgos asociados con la vida del rodeo. Emily creció con una inestable sensación de pertenencia y luchó por entender por qué la adicción de su padre a la emoción del rodeo lo mantenía siempre en movimiento. Decidido a participar en la competición de alto riesgo a pesar de su avanzada edad, John se inscribió en las Finales Nacionales de Wrangler, un evento que había soñado con participar durante mucho tiempo pero que nunca había tenido el valor de asistir. Observando a los jinetes competir, John no pudo evitar sentir una mezcla de emoción y aprensión. Sus amigos y compañeros competidores lo consideraron loco, llamando a la aventura una costosa traición a su espíritu al buscar sacar provecho de su cuerpo envejecido y su experiencia para aumentar el dinero del premio y la fama. Habían pasado meses desde la decisión de John, y el dolor que había intentado ocultar durante tanto tiempo comenzó a resurgir. Los recuerdos de Catherine perseguían cada momento de su vigilia. En las tranquilas horas de la noche, se paraba fuera de su sala de estar desierta con whisky en la mano, mirando viejas fotografías. El rostro sonriente de Catherine lo miraba fijamente, recordándole el amor que perdieron cuando el amor se convirtió en fracaso. El deseo de redimirse a través del deporte del rodeo comenzó a sentirse débil, eclipsado por la culpa. A pesar de su renuencia, Emily se negó a dejar que su padre se desviara de su objetivo, afirmando que confiaba en el dinero del premio para asegurar la recuperación de Jake. Para motivar a John, viajó a cada rodeo remoto donde competía su padre, asegurándose de que se mantuviera concentrado. Pero en esas ocasiones, evitaron por completo los temas familiares, ya que ambos sabían que todos los hechos dejaban claro que la curación y el avance entre ellos requerirían mucho trabajo y les llevaría mucho tiempo. John llegó temprano al estadio el día de las finales nacionales, recibido por el ruido de multitudes de concursantes apiñados y alegres locutores de rodeo probando sus micrófonos. Sintiéndose aislado en su edad y logros, John entró en el vestuario y cerró la puerta con llave. En los confines de su propia compañía, volvió a estar en su mejor momento en el rodeo. Los sonidos de la risa maniática de los jinetes más jóvenes llamaron su atención. Los recuerdos cargados emocionalmente le dolían por dentro. En esa larga noche de invierno en la arena azotada por el polvo, algo despertó en John Thompson: la chispa de la determinación pasada. Desde que comenzó a competir, los recuerdos de sus campeonatos de rodeo, las duras caídas y los días de cansancio dedicados a buscar una manera de encontrar un significado comenzaron a destellar en su cabeza justo antes de la hora del espectáculo, le dieron a su espíritu la sacudida de orgullo que necesitaba para permanecer en pie. Con un nuevo sentido de concentración, John contempló su reflejo en un letrero descolorido. Dio un paso adelante para tomar el control de su vida nuevamente, frente a una arena increíblemente intimidante y personal que él solo había convertido en su vida. A la edad de 61 años, con su ardua vida interminable, John Thompson finalmente entró en el evento principal como todos los competidores duros que encontró.
Reseñas
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