La comezón del séptimo año

La comezón del séptimo año es una película de comedia romántica estadounidense de 1955 dirigida por Billy Wilder, protagonizada por Marilyn Monroe como la encantadora y seductora vecina de al lado, y Tom Ewell como Richard Sherman, un ejecutivo editorial de mediana edad que intenta revivir su juventud. La película se desarrolla en la década de 1950, en una época en la que la idea del matrimonio y la vida familiar se estaba convirtiendo en una norma para muchos estadounidenses. La historia comienza con Richard Sherman, un ejecutivo editorial de una editorial de la ciudad de Nueva York, atrapado en un matrimonio sin amor con su esposa, Helen (Evelyn Keyes). El matrimonio de la pareja es convencional, con un fuerte énfasis en el estatus social y las posesiones materiales. A medida que se acerca el verano, la tradición anual de vacaciones de los Sherman está en el horizonte, y Helen decide llevar a los niños a un viaje a Wyoming, dejando a Richard solo en su apartamento. La ausencia de su familia brinda una oportunidad ideal para que Richard viva la vida de soltero, libre de las responsabilidades y convenciones que suelen acompañar al matrimonio. Mientras disfruta de su nueva libertad, Richard se siente cada vez más fascinado por su vecina, la hermosa y encantadora La Chica del Piso de Arriba (Marilyn Monroe). La Chica del Piso de Arriba, cuyo nombre no se menciona explícitamente en la película, es un alma bondadosa y gentil que vive en el apartamento encima del de Richard. Es un poco distraída, como se describe en la sinopsis de la película, y a menudo parece ingenua e inocente en sus interacciones con Richard. Su encuentro inicial comienza cuando La Chica del Piso de Arriba cae accidentalmente sobre la pierna de Richard mientras está de pie en la acera, lo que se convierte en una escena icónica de la película. Los dos entablan una conversación, y sus interacciones se vuelven más frecuentes, y La Chica del Piso de Arriba a menudo busca el consejo y la compañía de Richard. Richard, que se ha sentido sofocado por la monotonía de su vida matrimonial, se siente prendado de La Chica del Piso de Arriba y comienza a disfrutar de su compañía. A medida que Richard pasa más tiempo con La Chica del Piso de Arriba, comienza a reevaluar sus prioridades y a cuestionar la estabilidad de su matrimonio. Se desencanta cada vez más de las convenciones de la vida matrimonial, en particular de la monotonía de su rutina diaria. La Chica del Piso de Arriba, por otro lado, representa una sensación de libertad y espontaneidad que Richard ha estado anhelando. Su relación florece y se encuentran pasando más tiempo juntos, a menudo reuniéndose para tomar café, hacer picnics y dar paseos por el parque. Sin embargo, su relación floreciente no está exenta de desafíos. La esposa de Richard, Helen, no está al tanto de su aventura extramatrimonial y está a punto de regresar con los niños pronto. Richard sabe que no puede seguir viendo a La Chica del Piso de Arriba si quiere mantener un sentido de integridad y evitar las consecuencias de sus acciones. La tensión entre Richard y Helen crece a medida que la película llega a su clímax, con Richard tratando de elegir entre su esposa y su nuevo interés amoroso. La película llega a su conclusión cuando Helen regresa de su viaje, y Richard debe decidir entre sus deberes como esposo y sus crecientes sentimientos por La Chica del Piso de Arriba. En última instancia, Richard toma una decisión que tendrá consecuencias de gran alcance para su vida personal y sus relaciones. Si bien el final puede parecer un poco insatisfactorio para algunos espectadores, es un comentario sobre las expectativas sociales de la época, donde se esperaba que los hombres priorizaran sus compromisos familiares por encima de sus deseos personales. La comezón del séptimo año es una comedia romántica atemporal que explora temas de amor, matrimonio y libertad en una sociedad que está cambiando rápidamente. La descripción de la película de la clase media estadounidense en la década de 1950 proporciona una visión fascinante de las normas sociales y culturales de la época. Las actuaciones de Tom Ewell y Marilyn Monroe son sobresalientes, aportando profundidad y matices a sus personajes. Las escenas icónicas de la película, como la escena en la que el vestido de Marilyn Monroe se levanta, se han convertido en sinónimo de la Edad de Oro de Hollywood.