Las Sesiones de la Ouija

Las Sesiones de la Ouija

Trama

En los sofocantes bayous de la Luisiana rural, un equipo de filmación documental, buscando capturar la esencia de la rica historia espiritual de la región, se ha reunido para crear un documental sobre tableros de espiritismo, también conocidos como tableros Ouija. El director de la película, Mark, un documentalista experimentado, ha reunido a un equipo de expertos locales y a un grupo de investigadores paranormales aficionados para explorar el mundo místico de los tableros de espiritismo. El documental comienza como una narrativa típica y árida, con cada miembro discutiendo sus propias experiencias con los tableros de espiritismo. El propio Mark relata su fascinación por los dispositivos, que se originaron en el siglo XIX y ganaron gran popularidad en la década de 1960 como un juego de salón. El equipo entrevista a expertos, historiadores y antiguos usuarios de tableros de espiritismo, intentando comprender su significado en la cultura moderna. Sin embargo, a medida que avanza la filmación, el grupo comienza a notar una extraña atmósfera que invade los sets y sus alojamientos. Desaparece equipo, se escuchan ruidos extraños en la noche y una inexplicable sensación de malestar se instala sobre el equipo. Al principio, descartan estos incidentes como resultado de sus sentidos agudizados, provocados por la intensa atmósfera de los pantanos. Su documental toma un giro más oscuro cuando conocen a Sarah, una antigua entusiasta de la Ouija que tiene una reputación inquietante por predecir resultados trágicos a través de sus sesiones de espiritismo. Sarah parece genuinamente convencida de que los tableros de espiritismo tienen un poder real, y el equipo está tanto intrigado como escéptico. A medida que comparte sus escalofriantes experiencias y el equipo se involucra más en su historia, la atmósfera se vuelve cada vez más opresiva. El grupo comienza a filmar sesiones de espiritismo con Sarah, utilizando un tablero de espiritismo antiguo y grande en una choza destartalada en el corazón del bayou. Inicialmente, los procedimientos parecen rutinarios: un poco de torpeza con el tablero, algunas preguntas tontas para provocar respuestas, pero a medida que avanza la noche, el equipo presencia algunos eventos inexplicables. Los objetos se mueven solos, voces incorpóreas susurran a través de los altavoces y algunos incluso informan haber visto apariciones sombrías acechando justo más allá de su visión. Un miembro del equipo, un ingeniero de sonido tranquilo e introvertido, comienza a exhibir un comportamiento extraño, volviéndose cada vez más retraído y distante. Los demás notan que ha estado hablando con una presencia invisible, casi como si estuviera manteniendo una conversación íntima con los mismos espíritus que están tratando de filmar. Mark comienza a sospechar del equipo y de la propia cordura del equipo, preguntándose si su miedo se ha convertido en una profecía autocumplida. A medida que aumentan las tensiones, el equipo comienza a darse cuenta de que su documental se ha convertido en una herramienta para desatar las mismas fuerzas que buscaban documentar. Su ingenuidad ha permitido que una entidad malévola se infiltre en su película, manipulando las percepciones del grupo para crear una pesadilla viviente. El equipo explota, las luces parpadean salvajemente y los miembros del equipo comienzan a desaparecer uno por uno. Lo que comenzó como un ejercicio inofensivo para explorar el mundo de los tableros de espiritismo se ha convertido en una lucha desesperada por la supervivencia. Con cada noche que pasa, los riesgos aumentan y el control del equipo de filmación sobre la realidad flaquea. Las predicciones de Sarah se vuelven menos proféticas y más amenazantes a medida que predice un destino horrendo para los miembros restantes del equipo. Mark se da cuenta de que su película ha sido secuestrada por fuerzas malévolas y que, sin darse cuenta, ha desatado un horror más allá de su imaginación. La narrativa del documental se sale de control a medida que el equipo de filmación sucumbe al terror, su destino se convierte en el tema mismo de su retorcido documental. A medida que la cámara graba, emerge un retrato escalofriante de paranoia y temor, pintando una imagen de un equipo destrozado por las mismas fuerzas que buscaban documentar. Cuando terminan los créditos, los límites entre la realidad y la ficción se han desdibujado irreparablemente, dejando al espectador conmocionado, preguntándose si tales horrores realmente acechan más allá del reino de la percepción.

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Reseñas