El Joven

Trama
El Joven, una película de 1976 dirigida por Chantal Akerman, gira en torno a la vida de Roland, un joven y carismático modelo masculino que se mueve en el mundo de la moda de la ciudad. La película es un comentario introspectivo y de ritmo lento sobre los aspectos más oscuros de la naturaleza humana, particularmente en el contexto del mundo de la moda. A medida que se desarrolla la historia de Roland, Akerman retrata magistralmente las formas en que manipula y explota a quienes lo rodean en busca de riqueza, poder y placer. Al comienzo de la película, el personaje de Roland se presenta como un joven despreocupado y seguro de sí mismo, que se mueve sin esfuerzo entre varios círculos sociales y relaciones. Sin embargo, a medida que avanza la historia, queda claro que tiene un enfoque casi calculado para formar conexiones con las personas. Se entrelaza sin esfuerzo en las vidas de quienes lo rodean, utilizando su encanto, belleza y manipulación emocional para obtener lo que quiere. Akerman hábilmente teje la narrativa para ilustrar las diversas formas en que Roland explota a las personas en su vida. Forma conexiones con una joven, interpretada por Aurore Clément, que se siente atraída por su mundo de extravagancia y exceso. A través de sus relaciones, Roland puede acceder a un rico mecenas y, posteriormente, a un mundo de lujo y recursos ilimitados. Uno de los aspectos más fascinantes de El Joven es su reflexión sobre las consecuencias de la ambición desenfrenada. La búsqueda implacable de dinero y poder por parte de Roland lo lleva a tomar decisiones moralmente reprobables, pero cree que está por encima de la ley. Su convicción en su propia intocabilidad es casi palpable, y Akerman retrata esta sensación de invencibilidad con una claridad desconcertante. A lo largo de la película, el estilo de dirección de Akerman se caracteriza por un ritmo deliberado y un enfoque en los detalles mundanos de la vida diaria de Roland. Las imágenes de la película son crudas e intransigentes, capturando los alrededores monótonos y, a menudo, sórdidos de los bajos fondos de la ciudad. Esta estética visual es un reflejo del interés de Akerman en explorar los aspectos más oscuros de la naturaleza humana, y su enfoque deliberado de la narración sirve para subrayar los temas de explotación y manipulación que están en el corazón de la película. Uno de los aspectos más llamativos de El Joven es su retrato provocador de la objetificación y mercantilización de las mujeres en el mundo de la moda. Las relaciones de Roland se caracterizan por una falta de conexión emocional genuina, y sus parejas a menudo se representan como poco más que accesorios para su ego. Este retrato sirve como una crítica mordaz de las normas sociales que objetivan a las mujeres y las reducen a meros objetos de deseo. El retrato de los crímenes de Roland en la película es igualmente inflexible. A medida que se involucra en un mundo de vicio y corrupción, Akerman muestra cómo racionaliza y justifica sus acciones. Esto es particularmente evidente en su relación con una joven, que se involucra en su mundo de exceso y, finalmente, pierde su control de la realidad. Al final, El Joven es un comentario inquietante e inflexible sobre los aspectos más oscuros de la naturaleza humana. El retrato reflexivo de Akerman del mundo de Roland sirve como un recordatorio de las consecuencias de la ambición desenfrenada y los peligros de objetivar y explotar a otros para beneficio propio. El ritmo deliberado y las imágenes crudas de la película sirven para subrayar sus temas, creando una narrativa que es a la vez inquietante y profundamente perturbadora.
Reseñas
Recomendaciones
