Titicut Follies

Titicut Follies

Trama

Titicut Follies es un documental histórico dirigido por Frederick Wiseman, estrenado en 1967. La película es una exposición de las deplorables condiciones y el trato que reciben los pacientes en la prisión estatal de Massachusetts para criminales dementes, ubicada en Bridgewater, Massachusetts. La prisión, coloquialmente conocida como Hospital Estatal de Bridgewater, alberga a algunos de los individuos más perturbados y violentos del estado. La película comienza con un recorrido aparentemente banal por las instalaciones de la prisión, realizado por un administrador principal. Sin embargo, a medida que avanza el recorrido, se hace evidente que la realidad de la vida en Bridgewater dista mucho de ser benigna. La cámara captura imágenes de cuartos estrechos e insalubres, pabellones superpoblados y reclusos que parecen sufrir una serie de problemas de salud mental, como esquizofrenia, depresión y trastornos de ansiedad. Uno de los aspectos más llamativos de la película es su retrato del trato que reciben los reclusos en la prisión. El personal, que incluye médicos, enfermeras y psiquiatras, parece más interesado en mantener el orden y el control que en brindar atención o compasión a sus pacientes. Los reclusos son sometidos a abuso físico y emocional, incluyendo ser esposados, encadenados a sus camas y sometidos a medicación forzada. El uso de restricciones físicas es un tema recurrente a lo largo de la película, que a menudo deja a los pacientes maltratados y magullados. Además, la película revela una cultura de racismo institucionalizado, en la que los reclusos afroamericanos son sometidos a formas particulares de maltrato. A menudo son relegados a los cuartos más básicos e insalubres, y con frecuencia son señalados para ser castigados y maltratados por el personal. La cámara captura imágenes de reclusos siendo menospreciados y humillados por miembros del personal, quienes a menudo usan lenguaje abusivo y agresión física para mantener el control. Los trabajadores sociales y los psiquiatras de Bridgewater son retratados como más interesados en mantener el statu quo que en brindar atención o apoyo genuinos a sus pacientes. A menudo se les representa como desconectados de sus pacientes, sin interactuar con ellos a nivel emocional o brindar un apoyo significativo. En varias escenas, se ve a los pacientes luchando por comunicarse con sus psiquiatras, solo para ser recibidos con actitudes desdeñosas o condescendientes. Uno de los aspectos más inquietantes de la película es su retrato del uso de restricciones físicas y químicas para controlar a los pacientes. Los reclusos a menudo son esposados, atados a sus camas o sedados con tranquilizantes para volverlos dóciles y obedientes. Este uso de la fuerza a menudo va acompañado del uso de lenguaje despectivo y humillación, lo que hace que los pacientes se sientan menospreciados y desmoralizados. A lo largo de la película, Wiseman también captura la atmósfera surrealista de la prisión, donde los límites entre la realidad y la ficción se difuminan. Los pacientes, muchos de los cuales están luchando para hacer frente a sus condiciones de salud mental, participan en comportamientos extraños y a menudo perturbadores, incluyendo cantar y bailar en un teatro improvisado. La actuación, conocida como las "Follies", es un espectáculo macabro que sirve como un mecanismo de afrontamiento para los pacientes, pero también destaca hasta qué punto han sido institucionalizados y desconectados del mundo exterior. A pesar del sombrío tema, la película está filmada con un estilo objetivo, con Wiseman evitando el sensacionalismo y el melodrama en favor de una representación cruda y sin adornos de la vida en Bridgewater. La cinematografía es nítida y distante, capturando la arquitectura monótona e institucional de la prisión, así como las duras expresiones faciales de los reclusos. Titicut Follies fue inicialmente prohibida en Massachusetts debido a su contenido gráfico, pero desde entonces se ha convertido en un hito del cine documental. Su crítica de las deplorables condiciones en Bridgewater y el establecimiento psiquiátrico en general ha provocado numerosas investigaciones y reformas, destacando la importancia del cine documental para exponer las injusticias sociales y promover el cambio.

Titicut Follies screenshot 1
Titicut Follies screenshot 2

Reseñas