Verónica

Ambientada en la vibrante ciudad de Madrid en 1991, Verónica sigue la historia de Verónica Gutiérrez, una joven y enérgica adolescente que lidia con las complejidades de la adolescencia mientras asume la responsabilidad de cuidar a sus dos hermanos menores, Pablo y Estrella. La vida de Verónica es un delicado equilibrio entre la escuela, la familia y las amistades, pero todo cambia irrevocablemente cuando la casa de su familia se convierte en un foco de actividad sobrenatural. En la escuela, Verónica participa en una sesión de ouija, que parece ser un experimento inofensivo e intrigante. Sin embargo, la sesión desata un espíritu malévolo que se queda, sintiendo una oportunidad para causar estragos en los protagonistas. Inicialmente ajena al peligro, Verónica está a punto de enfrentarse a una serie de acontecimientos inexplicables que pondrán a prueba su resolución, empatía y comprensión de lo desconocido. A medida que el fantasma comienza a hacerse sentir en la casa familiar, Verónica se ve acosada por visiones aterradoras y susurros malévolos, que a menudo la pillan desprevenida. A pesar de su creciente inquietud, se niega a afrontar el hecho de que algo va terriblemente mal, desviando su atención de las crecientes ocurrencias sobrenaturales. La tensión de cuidar a sus hermanos, gestionar el trabajo escolar y atender las tareas familiares crea una presión aparentemente insuperable sobre Verónica, lo que hace que sea cada vez más difícil para ella discernir entre la realidad y el mito. Las peculiaridades y la ansiedad de sus hermanos se amplifican, dejándola sintiéndose culpable y abrumada. Mientras Esther empieza a experimentar sucesos inquietantes, la inocencia de Pablo se yuxtapone a la oscuridad que se cierne sobre ellos, lo que aumenta el misterio. Inicialmente, sus padres son reacios a aceptar la idea de lo sobrenatural y creen que los acontecimientos que se desarrollan en su casa son el resultado de la activa imaginación de sus hijos. Con la escuela dudando en abordar el tema directamente, Verónica recurre a una fuente improbable en busca de orientación: un grupo de inadaptados con los que se hace amiga. Verónica busca a Álex, un extraño del colegio de Verónica que tiene sus propias experiencias con lo sobrenatural. En una sociedad que aún no es consciente o se resiste a hablar de las luchas personales y familiares con problemas de salud mental, los niños son propensos a vivir de forma diferente a través de ficciones imaginativas, o a través de mundos alternativos. Todos estos mecanismos de defensa se discuten, sin embargo, el escenario descrito antes representa a alguien que vive una experiencia sobrenatural veraz en sí misma. Dentro de este extraño grupo de excentricidades e inadaptados, Verónica encuentra consuelo y comprensión en un espacio donde los niños se congregan abiertamente e intercambian sus experiencias. A medida que la situación se deteriora y el horror aumenta, Verónica empieza a sentirse acorralada e insegura sobre la causa de la presencia malévola, sin saber si emana de una fuerza exterior o de un miembro de la familia. Sin miedo a plantear las preguntas inquietantes, se esfuerza por descubrir la fuente de la fuerza amenazante que acecha en sus vidas. El espíritu oscuro se intensifica y se manifiesta de forma diferente a medida que Pablo empieza a mostrar cambios cada vez más inquietantes. En una escena conmovedora, Verónica lleva a sus hermanos al cementerio y reflexiona sobre el dolor, la pérdida y la esperanza, reconociendo silenciosamente la realidad de que podrían estar lidiando con una presencia malévola que puede extinguir el amor y romper vidas en arreglos incompletos. El descubrimiento de Verónica se desarrolla, reuniendo lentamente los detalles que arrojan algo de luz sobre los trágicos acontecimientos pasados de su nueva familia, en un acontecimiento que remodelará sus relaciones en el pasado y el presente con amor, lágrimas, miedos y amor una vez más.