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Trama
Una lectura de cartas del tarot sirve como catalizador para una tumultuosa exploración del amor, la identidad y el autodescubrimiento en “El contador de cartas”, dirigida por Paul Schrader. Contada con un estilo cinematográfico que recuerda a los clásicos de Scorsese y De Niro, este apasionante drama profundiza en las complejidades de las relaciones humanas y la búsqueda de la autenticidad personal. La película se centra en William Tell (Oscar Isaac), un exconvicto solitario y estoico que ahora se gana un magro sueldo como jugador en partidas de póquer de alto riesgo. Su existencia gira en torno a las cartas del tarot, que se convierten en una obsesión que lo consume por completo. William las ve no solo como una herramienta de guía, sino también como una forma de confrontar su oscuro pasado y a sus seres queridos perdidos. Tiene una afinidad particular por una baraja que considera sagrada, una reliquia que rescató de su pasado. Una noche, mientras participa en una partida de apuestas bajas, William conoce a Cirk (Tilda Swinton), una mujer misteriosa y enigmática, pero llena de intriga y misterio. Inicialmente duda en relacionarse con William, pero finalmente se acerca a él después de descubrir una peculiar conexión entre sus lecturas de tarot y una tragedia pasada. Los dos comparten un momento de cruda vulnerabilidad, insinuando una conexión subyacente que parecen reacios a explorar. A medida que avanza la historia, encontramos a William en una frágil relación con una mujer de buen corazón, La Linda (Ariana Greenblatt). Se embarcan en escapadas románticas, pero su relación parece tensa debido a la intensidad de las sesiones de lectura de tarot de William. Él se siente cada vez más consumido por ellas, a menudo encontrando escape en estas lecturas, para consternación de su pareja. A medida que William lidia con las complejidades de su vida amorosa, vislumbramos su turbulento pasado en flashbacks que nos muestran los momentos cruciales que lo convirtieron en quien es ahora. La participación de William en un romance malogrado se vio truncada por un trágico suceso que lo dejó cuestionando el significado de su existencia. Mientras tanto, la fascinación de William por las cartas del tarot alcanza nuevas cotas y se enreda cada vez más en una conexión mística con estos símbolos ancestrales. Empieza a ver paralelismos entre su vida y las intrincadas representaciones del mundo del tarot. Las cartas parecen ofrecer soluciones crípticas a sus luchas y, a medida que William se vuelve más experto en descifrar sus secretos, se siente cada vez más atraído por su mística. A lo largo de la película, la cinematografía entrelaza magistralmente la existencia inconexa de William con el lenguaje misterioso de las cartas del tarot, reflejando su turbulento mundo interior. Schrader emplea hábilmente tomas largas y primeros planos implacables para sumergir al público en la psique de William, enfatizando la profundidad y la complejidad de la narrativa. A medida que se desarrolla el drama, la conexión de William con La Linda comienza a desmoronarse debido a su obsesivo enfoque en las cartas del tarot. A pesar de esto, las líneas entre el amor y el autodescubrimiento se vuelven cada vez más borrosas, dejando al público preguntándose cuál de estas emociones tiene más importancia para William. En el clímax de la película, William se ve envuelto en una partida de póquer de alto riesgo que amenaza con llevar su ya frágil mundo al caos. Su profunda conexión emocional con las cartas del tarot le hace cuestionar si su vida sería más auténtica si pudiera dejar las cartas y volver a relacionarse con el mundo. En última instancia, “El contador de cartas” emerge como una conmovedora exploración de la búsqueda humana de significado, autodescubrimiento y amor frente a la agitación personal. A través de la impresionante actuación de Oscar Isaac y la magistral dirección de Schrader, esta película aclamada por la crítica transmite magistralmente las complejidades de un protagonista profundamente defectuoso pero cercano, arrojando luz sobre la intrincada danza entre el amor, la pérdida y el autodescubrimiento.
Reseñas
Recomendaciones
