Juego de la Sospecha

Juego de la Sospecha

Trama

Valerie Plame, una oficial de operaciones de la CIA, vivía una vida aparentemente ordinaria en Washington, D.C. con su esposo Joseph Wilson, un diplomático y consultor. Tenían dos hijos pequeños y todo parecía estar en orden. Sin embargo, bajo la superficie, Valerie llevaba una vida secreta como especialista en contraproliferación en la CIA, trabajando en estrecha colaboración con varias agencias gubernamentales para descubrir y prevenir la propagación de armas de destrucción masiva. El esposo de Valerie, Joseph, que había trabajado con el gobierno de los Estados Unidos durante muchos años, era un diplomático y escritor consumado. Recientemente, el Departamento de Estado le había pedido que investigara los informes de que Irak intentaba comprar uranio a Níger. Cuando Joseph regresó de su misión, se sintió conmocionado y decepcionado por la falta de apoyo y recursos que se le brindaron y la falta de interés en sus hallazgos, que sugerían que el régimen de Saddam Hussein no estaba buscando activamente adquirir uranio. Decidido a exponer las discrepancias y llamar la atención sobre la falta de apoyo a su misión, Joseph escribió un artículo para el New York Times, titulado "Lo que no encontré en África". En el artículo, expresó su frustración y preocupación por el manejo del informe y la falta de seguimiento de sus recomendaciones. Sin que Joseph lo supiera, la vida secreta de Valerie como agente de la CIA no había pasado desapercibida. Su identidad como oficial de la CIA se había filtrado a la prensa y su tapadera había sido descubierta. Como resultado, toda la operación de Valerie se vio comprometida, lo que la puso en peligro a ella y a su familia. Cuando Valerie regresó a casa de un viaje de negocios, fue recibida por un enjambre de reporteros y fotógrafos. Su esposo, Joseph, quedó impactado y abrumado por la repentina afluencia de atención de la prensa y la constatación de que la vida secreta de su esposa había sido expuesta. A medida que estalló la noticia, la vida de los Wilson comenzó a desmoronarse. La familia de Valerie, incluidos su esposo e hijos, fue catapultada al centro de atención y sus vidas privadas fueron sometidas a un intenso escrutinio. La casa de la familia fue asediada por reporteros y sus identidades corrían constantemente el peligro de verse aún más comprometidas. El trabajo de Valerie en la CIA también se puso en peligro. Como resultado de su tapadera comprometida, fue retirada de su puesto en África y obligada a regresar a los Estados Unidos. Su reputación y credibilidad se habían visto empañadas y se enfrentaba a la posibilidad de perder su trabajo. Con su mundo desmoronándose a su alrededor, Valerie se vio obligada a navegar por las traicioneras aguas de la burocracia de la CIA y el intenso escrutinio de los medios. También se enfrentó a la muy real amenaza de represalias por parte de aquellos que querían silenciarla. Joseph, que ya había sido vocal sobre el manejo de la guerra de Irak por parte de la administración, ahora estaba siendo acusado de estar en el centro del escándalo de Valerie Plame. Mantuvo que no había hecho nada malo, pero su reputación también estaba bajo ataque. A medida que el escándalo continuó desarrollándose, los Wilson se vieron obligados a depender de su unida familia y amigos para obtener apoyo. También se acercaron a otras figuras, incluida la madre y la hermana de Valerie, que tenían un profundo conocimiento del funcionamiento interno de la CIA. A medida que se desarrolla la historia, los jefes de Valerie en la CIA, incluido su mentor y amigo, los colegas y mentores de Joe Wilson en la CIA, y otras figuras, incluido el Director de la CIA en ese momento, George Tenet, el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer, y Scooter Libby, fueron atraídos a la investigación. A lo largo de la terrible experiencia, el amor y el compromiso de Valerie y Joseph entre sí se mantuvieron firmes. A pesar del caos y la incertidumbre que los rodeaba, permanecieron juntos, decididos a proteger a su familia y su reputación. Al final, los esfuerzos de Valerie y Joseph dieron sus frutos. La investigación sobre la filtración de la identidad de Valerie condujo a la acusación de Scooter Libby, que trabajaba como jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney. Libby finalmente fue declarado culpable de perjurio y obstrucción de la justicia. Sin embargo, las secuelas del escándalo dejaron la identidad de Valerie como oficial de la CIA expuesta para siempre, y la vida privada de su familia continuó siendo objeto de un intenso escrutinio mediático.

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Reseñas