Érase una vez en un campo de batalla

Érase una vez en un campo de batalla

Trama

Érase una vez en un campo de batalla, un drama histórico cómico ambientado en el siglo VII d.C., es una mezcla única de batallas ancestrales y matices modernos. La película tiene como telón de fondo la península de Corea, que estaba dividida en tres reinos en guerra: Shilla, Koguryo y Baekche. El rey Kim Choon-chu de Shilla, que busca expandir su imperio, forma una alianza con el Imperio Tang de China continental, que es el dominante. El Imperio Tang, al ser la superpotencia de su tiempo, presenta una fuerza formidable en la región. Shilla, reforzada por esta nueva asociación, pone sus ojos en el debilitado reino de Baekche. El único acceso al interior montañoso de Baekche se encuentra a través de su principal fortaleza, Hwangsanbul. El Imperio Tang y Shilla trazan estrategias para atacar esta fortaleza, con el objetivo de conquistar Baekche y, finalmente, dirigir su atención al reino más formidable de Koguryo. El general Kye Baek, el valiente comandante de Hwangsanbul, se interpone en el camino de este ambicioso plan. Kye, un guerrero valiente, está profundamente interesado en defender su reino y a su pueblo. No se siente intimidado por el poder combinado del Imperio Shilla y Tang, y está decidido a resistir su ataque. A medida que suenan los tambores de guerra, el general Kye reúne a sus tropas y se prepara para la inminente batalla. Mientras tanto, los aspectos cómicos de la película comienzan a surgir. El lenguaje moderno y coloquial utilizado por los personajes crea situaciones humorísticas a medida que navegan por las complejidades de la guerra antigua. El choque entre las costumbres ancestrales y el lenguaje moderno sirve como base para el tono cómico de la película, añadiendo una capa de ironía a la narración. El líder militar del Imperio Tang, aparentemente ajeno a las sutilezas culturales de su tiempo, utiliza jerga moderna para comunicarse con sus subordinados. Esta yuxtaposición de batallas antiguas con el lenguaje moderno conduce a situaciones que son a la vez absurdas y entretenidas. Los esfuerzos de los personajes por transmitir mensajes e ideologías antiguas utilizando terminología contemporánea crean una desconexión cómica, que a menudo deja al público boquiabierto. A medida que se acerca la batalla por Hwangsanbul, el general Kye y sus hombres se preparan para su última resistencia. A pesar de ser superados en número, resisten el ataque de los ejércitos de Shilla y Tang. La inquebrantable resolución y determinación del general inspiran a sus tropas a luchar con valentía, pero al final, las fuerzas combinadas de sus enemigos empiezan a pasar factura. Los muros, antaño fuertes, de Hwangsanbul empiezan a resquebrajarse y los defensores están al borde del agotamiento. Justo cuando parece que toda esperanza está perdida, el general Kye reúne a sus tropas con un discurso final y apasionado. Les insta a recordar su lealtad a Baekche y la importancia de defender su patria. Con un espíritu renovado, los defensores hacen un último esfuerzo contra el enemigo. A pesar de sus esfuerzos, Hwangsanbul acaba cayendo en manos de las fuerzas combinadas de Shilla y el Imperio Tang. El general Kye, sin embargo, permanece invicto. Capturado por el enemigo, es hecho prisionero y llevado ante el rey Kim Choon-chu. En un momento conmovedor, el rey de Shilla se siente conmovido por la inquebrantable dedicación del general a su reino y a su pueblo. En un giro sorprendente de los acontecimientos, el rey Kim ofrece al general Kye un puesto en su corte como asesor militar. Reconociendo los méritos de su oponente, el rey busca explotar su experiencia para promover sus propios intereses. Esta oferta desencadena una reacción en cadena que finalmente sella el destino de Baekche y su pueblo. Érase una vez en un campo de batalla ofrece una perspectiva única de los acontecimientos históricos de la Corea del siglo VII. Al infundir batallas antiguas con lenguaje moderno y humor, la película crea una visión refrescante de los dramas bélicos tradicionales. La yuxtaposición de coloquialismos modernos con costumbres ancestrales añade profundidad y complejidad a la narración, haciéndola a la vez entretenida y estimulante.

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Reseñas